Con la finalidad de afrontar la escasez de agua de la mejor manera, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realiza un intercambio científico y tecnológico con diversos países, principalmente con los que comparte características hidrológicas.

Por ello, en el marco de la visita del presidente israelí Shimon Peres y de un convenio de colaboración con Israel, el Director General de la Conagua, David Korenfeld, estableció un acercamiento con el Presidente y el Vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv, Joseph Klafter y Amos Elad, respectivamente, con el fin de intercambiar conocimientos científicos y tecnológicos en áreas estratégicas para el manejo del agua, mediante el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Korenfeld subrayó que para la Conagua resultan fundamentales los avances tecnológicos, por ejemplo, en materia de desalinización, a la que comienza a recurrirse en grandes ciudades costeras del norte de México, con el fin de afrontar su baja disponibilidad y sus crecientes necesidades de agua dulce.

Muestra de ello es que se planea construir las plantas desalinizadoras de La Paz, Baja California Sur; San Carlos y Guaymas, en Sonora; y la ampliación de la infraestructura de Los Cabos, también en Baja California Sur.

Asimismo, hizo énfasis en que hay muchas oportunidades de implementar avances científicos y tecnológicos relacionados con el manejo, protección y recuperación de acuíferos, el desarrollo de fuentes alternas de abastecimiento, así como el reúso del agua en los sectores industrial, público urbano y agrícola, lo cual contribuirá a una gestión más sustentable del agua y a que la población ubicada en regiones áridas, principalmente, tenga mejores condiciones de vida.

En su momento, Joseph Klafter expresó interés por conocer los avances de México en materia de agua, debido a que en ambos países hay regiones con similares características en materia hidrológica, para compartir su experiencia en el desarrollo y la innovación para logar un mejor aprovechamiento y cuidado del agua.

Finalmente, David Korenfeld y Joseph Klafter coincidieron en que la cooperación es una de las herramientas más eficientes para mejorar la situación hídrica mundial y, con ello, las condiciones sociales y económicas de la población.