Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Debido a que desde hace más de un año y seis meses no se han registrado lluvias importantes, los ocho principales ríos de Tamaulipas registran un bajo nivel en su caudal, situación que pone a temblar a 3 mil productores agrícolas y ganaderos que utilizan estas aguas para regar poco más de 60 mil hectáreas y dar de beber a los animales.

En el último informe del Sistema de Pronósticos de Ríos en la Cuenca Golfo Norte de la Comisión Nacional del Agua, revela que la ausencia de lluvias en las zonas serranas ha provocado un descenso en las principales cuencas del estado, por lo que los ríos tienen cada vez menos corriente de agua.

Según la Conagua, los principales ríos de la zona centro del estado que se encuentran con bajos niveles son: el Purificación, Corona y Guayalejo, que han disminuido su caudal en comparación con el año pasado.

El Sistema de Pronóstico de Ríos indica que actualmente tiene caudales inferiores entre un 30 y un 40 por ciento debido al desgaste de agua, lo cual es originado por la ausencia de lluvias importantes y que ha impedido que los manantiales naturales se recarguen.

El reporte de la Conagua revela que otros ríos que han registrado una baja considerable son el río San Fernando o Conchos, el Pilón, el río Frío, Sabinas, Mante, San Rafael y Palmas, que son los que surten de agua a la mayor parte de las poblaciones urbanas y rurales del sur del estado, y que se estima han bajado su nivel al máximo por la ausencia de lluvias en la región centro y sur del estado.

Las escasas lluvias también han afectado una docena de arroyos que no están incluidos en la lista, pero se encuentran totalmente secos debido a que no se han registrado lluvias importantes, entre los que se encuentran; el arroyo San Felipe, el río San Marcos, así como el de la Boca de Juan Capitán.

Asimismo, por parte de la Dirección General de Cuenca de la Conagua se informó que en este año se habrán de redoblar los operativos para detectar extracciones de agua de manera ilegal, ya que actualmente hay una zona de veda en los municipios de Victoria, Güémez, Padilla y una parte de Hidalgo, por la sobreexplotación de los mantos acuíferos.