La sequía debe ser considerada el problema más serio a acometer en el transcurso de los próximos años, a riesgo de pagar serias consecuencias, especialmente en zonas desérticas como en las que se ubica Ciudad Juárez, coinciden especialistas en el tema.

Alfredo Granados Olivas, profesor investigador del IIT de la UACJ y especialista en materia de agua y suelo, y Enrique Buendía Carrera, investigador del área de Climatología Física del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, exponen la posibilidad de conflictos en términos de falta de alimento, escasez de agua o altos costos de la misma, y en la generación de efectos negativos en cadena en el sector productivo, a lo que se sumarían diversas situaciones de injusticia social.

En días pasados, NORTE de Ciudad Juárez destacó señalamientos de organizaciones internacionales en el sentido de que la sequía creará en Chihuahua el peor escenario de los últimos 150 años para los sectores urbano y agropecuario, con un promedio de almacenamiento en presas de un 30 por ciento de agua, con seis veces menos lluvia que en 2012.

La situación ha encendido los focos de alarma ante la drástica reducción de la dotación de agua para consumo humano y para la producción agrícola y ganadera, que augura estragos reversibles sólo a muy largo plazo y en la medida en que la cultura de ahorro del vital líquido permee en los ciudadanos.

Alfredo Granados Olivas, gerente técnico del Programa Nacional Contra la Sequía (Pronacose), proyecto federal enfocado a elaborar programas de medidas para prevenir y enfrentar la sequía a nivel cuenca o grupos de cuenca, también coincide con algunos de estos planteamientos.

Aduce que en México tenemos marcado retraso en el proceso que otros países han seguido para prevención de las sequías en las últimas tres décadas, situación que especialmente en la región norte se agudiza ante la notoria desvinculación entre sociedad, investigadores y gobierno, para generar políticas públicas que contribuyan a mitigar los efectos ya presentes, y a tomar acciones preventivas para lo que viene.

“Tenemos que ser claros en este aspecto; la sequía es el fenómeno natural más importante de todos los que ocurren en el mundo. Es más catastrófico que las inundaciones, los tsunamis o cualquier evento volcánico que hayamos observado; es la que genera más estragos socioeconómicos, que siempre va a estar existiendo en el mundo, y -lo peor de todo- es la que menos se conoce”, dijo.

Agregó que es una realidad a nivel mundial, que se trata del más importante de los desastres naturales, el más severo por los estragos que genera en la actividad socioeconómica en el mundo, y la que menos se conoce, la que está menos estudiada y a la que menos importancia le damos.

Su preocupación radica en la inercia que mueve a autoridades y población en general a desestimar los efectos de la sequía a largo plazo en una región en la que las condiciones de sequía son constantes, pero con temporadas de relativa bonanza que hacen olvidar “de momento” los efectos propios del clima seco que caracteriza la región en la que vivimos.

“Tenemos una sequía recurrente en los últimos 15 años, constante en lo que corresponde al estado de Chihuahua, y sin embargo le puedo apostar que si mañana nos llega una lluvia torrencial y se llenan todas las presas, nadie vuelve a hablar de la sequía, ni usted me va a volver a buscar para una entrevista relativa este tema”, expone a modo de reto.

A su juicio esto constituye una cuestión ilógica porque la sequía siempre está y estará aquí como un fenómeno natural recurrente y el más importante por los efectos que genera en el desarrollo económico de los países, lo que lo convierte -asegura- en un disparador de la inestabilidad social.

“Si usted analiza el escenario local y lanza una línea imaginaria a 100 kilómetros y le da la vuelta a la redonda en un radio de 100 kilómetros ¿qué actividades económicas se impactan directamente en mayor porcentaje y cantidad? de las actividades industriales, del sector primario, agrícolas, ganaderas, recreativas; es un gran porcentaje en la parte de la cadena productiva del sector primario”, asevera.

Señala que a pesar de que la sequía tiene toda una serie de impactos en el medio ambiente, la ecología, el equilibrio social, la sustentabilidad, y la calidad de vida en general, ni así la consideramos una prioridad.

“Proyecte usted este ejercicio a nivel mundial y va a ver que existen fenómenos sociales, económicos que están sucediendo y que están impactando la calidad de vida de las personas, las estructuras de planeación del gobierno y las estrategias para la solución en los países que están pensando cómo resolver esta problemática”.

Expone que afortunadamente, a la fecha, existe un pánel de alta gerencia para prevenir la sequía a nivel mundial “con gente muy importante reuniéndose anualmente para entender, difundir y promulgar la problemática de la sequía como un escenario estratégico, y lo bueno es que México ya está formando parte de ello”, aduce con optimismo.

Para Enrique Buendía Carrera, investigador del área de Climatología Física del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, la situación exige que ciudadanos, autoridades y organismos civiles que tienen que ver con la toma de decisiones a este respecto tomen más en cuenta los estudios recientes que, en su concepto, ya hacen posible pronosticar las condiciones de sequía con un gran margen de precisión.

“La Organización Meteorológica Mundial (OMM) manifiesta que es difícil prevenir cuándo y cómo va a suceder un periodo de sequía y que el día que esto se pueda saber va a ser muy beneficioso para mitigar sus efectos; yo estoy por presentar mis descubrimientos más novedosos, el resultado de un estudio que toma en cuenta la variación de las manchas solares y la variación climática que se presenta exactamente cada once años, que tiene que ver con periodos de inundaciones en el sur de México y las épocas de mayor sequía en el norte”, comentó.

Califica de indispensable que los gobiernos empiecen a tomar en serio la visión académica en materia de sequías, dado que a la fecha las decisiones se siguen tomando al margen con fuertes consecuencias para la actividad productiva y la calidad de vida de los habitantes de zonas desérticas como Chihuahua.

“Saber cuándo va a haber sequía permite planear la economía como país o como región, y a ustedes no les queda de otra porque si ahorita ya está duro con dos décadas de sequía y de pocas precipitaciones, o nos hacen caso o a ver qué pasa porque viene todavía más duro”, auguró.