La sequía y el hidroarsenicismo deberían hacer reflexionar sobre el mal uso que se ha hecho del agua en la región, afirma.
Torreón • De acuerdo con el toxicólogo, Gonzalo García Vargas, en un par de décadas más se tendrá una crisis del agua en la región con efectos más radicales que los actuales, donde el costo para la extracción del agua y la filtración para descontaminarla será más alto, para evitar afectaciones a la salud y continuar con la actividad agrícola en la localidad.
Explicó que si el gobierno sigue tomando el problema del agua que se vive en la región a la ligera y sigue evadiendo su responsabilidad sobre el manejo del recurso, al continuar el modelo de economía agrícola actual, el agua de la región, además de ser escasa, en un par de décadas ya no será apropiada ni para el consumo humano ni para la agricultura, por la alta cantidad de sales que se contendrá al ser extraída a mayor profundidad.
Por lo que tanto el gobierno como el sector privado tendrán que afrontar altos costos, el primero para remediar los problemas de salud que se desencadenarán y el segundo para seguir manteniendo su actividad agrícola en una zona desértica.
“Si no se corrige el modelo de economía agrícola que se tiene, dentro de 20 años, el agua será escasa y de mala calidad, ya que entre más profundo se extraiga, no solo sale el arsénico, sino más sales, por lo que el agua será de mala calidad y cara, por el costo de hacer los pozos a mayor profundidad.
Es un escenario que nadie quiere ver, pero será dramático para la salud, ya que el costo para quitarle el arsénico al agua va a ser mucho mayor por la cantidad de sales que contendrá.
Hasta ahora el Estado ha tomado el problema muy a la ligera y está evadiendo su responsabilidad sobre el manejo del recurso agua... Pueden ser algunas dos o tres decenas de años cuando mucho, para que haya una crisis más seria en el recursos hídrico en la región, y se sigue trabajando en la misma forma”.
Comentó que hace 20 años se extraían en agua subterránea cuando mucho a 300 metros de profundidad, como máximo, cuando en la actualidad se está extrayendo a más del doble de profundidad.
De seguir esta tendencia, reiteró que en un par de décadas, los pozos van a tener más de un kilómetro de profundidad, lo que traería como costo tanto la desertificación de la región, pero además un alto costo de energía eléctrica que implicaría el sacar el agua a tal profundidad.
Dijo que actualmente para muchos productores agrícolas se subsidia el costo de energía, lo que propicia el mal uso del recurso hídrico, más la CFE está estableciendo gradualmente cobros mediante procesos legales.
Destacó que los agricultores requieren otro tipo de subsidios para tecnificación de riego, por ejemplo, y no que se de apoyos en algo que repercute en la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
La sequía y el hidroarsenicismo son fenómenos que deberían hacer reflexionar sobre el mal uso que se ha hecho del recurso hídrico en la región, comentó, dado que son consecuencias de interrumpir y desequilibrar el ciclo del agua, al interrumpir el flujo del agua por el río y mediante la sobreexplotación del agua para la producción agrícola.
Aunque agregó que la sequía también se relaciona al fenómeno del calentamiento global, dijo que está llegando a la región cuando las reservas de agua se han disminuido.
La causa de los males en la Comarca Lagunera es principalmente el modelo de economía agrícola y agropecuaria que se ha realizado en la región, la selección de cultivos para el desarrollo de una cuenca lechera, en una región que no cuentan con las características, la abundancia de agua, para soportarlo, lo que ha hecho que se acelere la sobreextracción de agua de los acuíferos.
Cuando explicó que se pueden hacer modelos económicos a partir de otro tipo de cultivos, como se había hecho con el algodón, para lo que no se requería de una amplia extracción de agua.
“Estoy de acuerdo en que tienen que seguir generando riqueza, pero tiene que existir un equilibrio entre la generación de riqueza y la sustentabilidad de los recursos naturales”.
