Guanajuato.- Todos los cultivos que se riegan con agua de  presas, tienen un porcentaje de aguas negras porque las descargas de drenajes llegan directamente a los ríos, arroyos o canales y estos alimentan a los embalses. Y es que ningún municipio trata al cien por ciento sus aguas residuales, admitió Ricardo Rosas Raya, líder del Distrito de Riego 011 (DR011), que abarca Acámbaro, Salvatierra, Jaral del Progreso, Valle de Santiago, Cortazar, Salamanca, Irapuato, Abasolo y Huanímaro.

El líder campesino aseguró que el mayor problema por descargas de aguas residuales e industriales se sigue presentando en el municipio de Salamanca y en la parte baja de la cuenca del Lerma, en la zona de Michoacán, debido a la producción porcícola.

Señaló que no todas las ciudades cuentan con planta de tratamiento y las que sí tienen una, no llegan todas las descargas, de tal manera que el río Lerma sirve de receptor de aguas crudas que no deberían utilizarse en riegos agrícolas, pero se usan.

Señaló que la Dirección General de Sanidad Vegetal, vigila el uso de las aguas del río Lerma que alimentan la red de dominio federal. 

Pero es en la red menor donde abunda el riego de cultivos de hortalizas con aguas contaminadas, explicó Rosas Raya; en esta red las ciudades y las comunidades descargan aguas crudas que son bombeadas por  los agricultores, quienes también establecen pequeñas extensiones de tierra con trigos y alfalfas.

Señaló que el problema crece a medida que el caudal que vierten las ciudades es mayor, pues en municipios como Salvatierra, el volumen es poco y esa agua la consumen los propios salvaterrenses; pero ciudades industrializadas como Salamanca vierten grandes cantidades de tóxicos a los cauces, que afectan la salud de sus pobladores y a los de zonas aledañas. 

En ese sentido, Rosas Raya destacó que la zona más contaminada es Salamanca y aguas más abajo, la zona porcícola de La Piedad, en Michoacán.

La solución

En opinión de Rosas Raya, la única forma de resolver el problema con una visión de largo plazo es que todas las ciudades y comunidades tengan sus plantas de tratamiento de aguas residuales y que las pongan a trabajar al cien por ciento; además de no permitir que la gente siga tirando basura en los cauces. 

Aseguró que a lo largo de los municipios por donde pasa el río Lerma, ninguna planta está operando el cien por ciento; como Salvatierra, cuya planta recién inaugurada recibe un porcentaje muy bajo del total de las aguas residuales del municipio: “y de las que están siendo tratadas, falta saber si cumplen la norma para verterlas al Lerma”, añadió.

De las sanciones que se puedan aplicar, dijo: “desafortunadamente la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se ha visto rebasada, porque en los últimos años ha sido desmantelada de personal; pero todos saben que no se debe verter agua sin tratar a los cauces”.