A escala global, sólo 2.5% del agua es dulce, una quinta parte se utiliza para la sustentabilidad alimentaria que se distribuye entre lagos, la humedad del suelo, la atmósfera, humedales y ríos. A su vez, México no cuenta con recursos hídricos superficiales suficientes para atender su demanda de consumo, 70% del vital líquido se ubica en el subsuelo.

Nuestro país cuenta con 654 acuíferos o unidades hidrogeológicas, que cada año reciben cerca de 79 km3 de agua por lluvias. Más de 37% del volumen de agua destinado al uso del ser humano proviene de los diferentes acuíferos del país.

De hecho, en 2007, el número de unidades hidrogeológicas sobreexplotadas en México rebasó el centenar. El problema radica en que de ellos se extrae 58% del agua subterránea.

El usuario más importante del agua subterránea es el sector agrícola, que utiliza 70% de las extracciones, seguido por los usos público-urbano e industrial, que representan alrededor de 22% del bombeo total y poco más de 6%, respectivamente.

En cuanto a los más de 100 acuíferos sobreexplotados, las cifras expuestas reproducen prácticamente el mismo patrón que a nivel nacional, pues 71% de las extracciones corresponden al sector agrícola, alrededor de 22% se destina al público-urbano y casi 6% es por el sector industrial.

Por ello, resulta indispensable ubicar, medir y estudiar todos estos depósitos subterráneos de nuestro territorio y preservar su calidad. “Son nuestras reservas, de ahí es donde saciamos nuestra sed”, comenta el especialista Ramiro Rodríguez, del Instituto de Geofísica de la UNAM.

Cuando se habla de agua subterránea, no se refiere a la que llovió ayer, ésta  puede tardar docenas o cientos de años para terminar en un acuífero, aclara.

El especialista comenta que en algunos países hay un sistema doble de drenaje. “Uno para el agua residual y otro para la de lluvia, con el fin de evitar que esta última se mezcle, y sea más fácil almacenarla, tratarla, manejarla, y disponer de ella para otros usos”.

En la capital, explica, el líquido pluvial no se aprovecha, porque se une con el residual, esto ocasiona que el agua se contamine y tenga que ser tratada.

En las localidades con sistema doble de drenaje, el que captura el líquido residual se dirige a una planta de tratamiento, y el que capta el de lluvia va a otra planta, a un sistema lagunar artificial o a una presa, lo que permite que su tratamiento sea mucho más barato, sencillo, y que se pueda usar en la misma ciudad o en la agricultura, comenta.

Gasto promedio

312 litros consume al día cada habitante de México. Una familia, integrada por cuatro personas, gasta mil 920 litros del líquido vital diariamente.

El agua en la capital

Distribución  de la lluvia

En México, caen 1,489 millones de m³ de agua anualmente. Se estima que 73.2% se evapora, 22.1% se incorpora a ríos o arroyos y el restante 4.7% se infiltra y recarga los acuíferos.

Tratamiento del vital líquido

En el año 2009, las plantas de tratamiento de aguas residuales en el país trataron 88.1 m³/s, es decir 42% de los 209.1 m³/s recolectados en los sistemas de alcantarillado.

Precio promedio

El m³ de agua en la Ciudad de México cuesta cerca de 5.45 pesos, e incluye abasto, suministro, desalojo y saneamiento.

El 77% de los capitalinos consumen menos de 150 litros por día.

Estadísticas

Actualmente, existen 12,500 km³/año de agua disponibles en todo el planeta.

• A escala mundial, 70% del consumo del vital líquido se destina a la producción, transporte, comercialización y consumo de alimentos; 22% a la industria y el restante 8% al consumo humano.

• La Organización Mundial de la Salud estima que 894 millones de personas en el orbe no cuentan con acceso a la cantidad mínima necesaria de agua para subsistencia, entre 20 y 50 litros al día.

• Cifras de la Organización de Naciones Unidas revelan que para el año 2025, dos tercios de la población mundial vivirán en condiciones de disponibilidad limitada del vital líquido.

• En el último siglo las extracciones de agua crecieron seis veces, lo que se ha traducido en el incremente en el grado de presión sobre los recursos hídricos del mundo.