Las construcciones hidráulicas generadas para dotar de sistemas de drenaje e incrementar el suministro de agua han incidido en el ambiente con la consecuente pérdida de flora y fauna, afirmó el profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Marco Antonio Jacobo Villa.

En un comunicado de la UAM, planteó que también incide en la extinción de actividades productivas asociadas a los cuerpos de agua, como la pesca e incluso la caza.

El especialista en análisis hidrogeológicos de acuíferos, adscrito al Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Unidad Iztapalapa, hizo ver que las obras hidráulicas trasvases edificadas para satisfacer las necesidades del Valle de México han generado impactos sociales, económicos, políticos y ambientales.

Al intervenir en la Semana de Ingeniería Hidrológica 2013, definió los trasvases como la transferencia hidrológica entre cuencas, las cuales pueden ser de agua potable, residual tratada y residual sin tratamiento.

Indicó que debe tomarse en consideración que en los trasvases la cuenca receptora debe justificar un déficit de agua, actual o futuro de relevancia, una vez que se han considerado otras fuentes de abasto, así como medidas para reducir la demanda e incrementar la disponibilidad.

En la evaluación del impacto ambiental de este tipo de obras debe asegurarse que no habrá una degradación irreversible del entorno físico, explicó.

"Si lo hubiera, que existan los mecanismos para su compensación; los beneficios netos de la transferencia de agua deben ser compartidos equitativamente entre las unidades de origen y receptora", agregó.

En ese sentido, Jacobo Villa señaló que otros elementos que deben ser evaluados son la demanda del agua, la disponibilidad, los gastos base mínimos durante periodos de sequías y la calidad de las fuentes de abasto, entre otros.

Entre las desventajas de los trasvases destacó que se trata de proyectos de alto costo, la toma de decisiones es acotada, no se hace una consulta amplia entre todos los actores y presentan una reducción del potencial a largo plazo del desarrollo económico en la unidad de origen.

Mientras que las ventajas son que ofrecen una alternativa de manejo del agua para abasto urbano, agrícola e industrial; generan energía, y cubren el déficit en la demanda creciente y continua en zonas metropolitanas, puntualizó.