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Noticias UNAM - Enero 2013


24 de enero de 2013

Líneas de investigación para afrontar las sequías

Cristóbal López

Mañana se conmemora en México el Día del Biólogo

“La biología cambia tu perspectiva. Al abarcar todo el planeta, aporta conocimientos a cada una de las ciencias. A lo largo de mis estudios he tomado conciencia del cuidado de plantas, animales y el ambiente”, compartió Andrea Acosta Rodríguez, alumna de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.

En la actualidad, quienes se dedican a esta área laboran en docencia e investigación, diseñan e instrumentan proyectos de rescate, conservación y explotación racional de recursos naturales, y proponen leyes para regular su uso y garantizar su protección. Además, aportan a la biomedicina, biotecnología, biología molecular, biodiversidad, educación ambiental, nutrición y ecología.

La disciplina se centra en entender cómo funcionan los seres vivos y los ambientes a los que pertenecen, y propone aplicaciones útiles para la sociedad. “Al afrontar los riesgos que implican el calentamiento global y el desarrollo económico para la preservación de especies y ecosistemas es preciso generar conocimiento”, aseguró Jorge Nieto Sotelo, del Instituto de Biología.

Importancia
En ocasión del Día del Bió- logo, que se conmemora en el país el 25 de enero, aludió Líneas de investigación para afrontar las sequías Mañana se conmemora en México el Día del Biólogo a la importancia de esta disciplina ante la destrucción del ambiente. Por ejemplo, los bosques y otras comunidades vegetales naturales, al captar lluvia, generan materia orgánica, mantienen suelos para la agricultura y producen oxígeno.

Además, los expertos del Instituto trabajan en la descripción de la biodiversidad de México, ya que aún no hay un listado completo de las especies existentes en territorio nacional; concretar uno requiere años de trabajo y apoyo a especialistas.

Tres por ciento de la superficie terrestre padeció sequía extrema en el año 2000. De persistir las condiciones ambientales actuales, para 2100 será de 30 por ciento, refirió el responsable del Laboratorio de Fisiología Molecular del Jardín Botánico del Instituto de Biología.

Ante este panorama, desarrolla líneas de investigación para comprender el impacto respectivo. En específico, estudia las adaptaciones de las plantas al calor y a la falta de agua.

“En el laboratorio analizamos cómo, a lo largo de millones de años, los agaves han sobrevivido a la falta del líquido y temperaturas extremas. Dichos organismos emplean mecanismos que impiden la pérdida de líquido en las horas de más calor al evitar la evapotranspiración; en un humano, equivaldría a no sudar para retener agua.

“Encontramos que el cogollo –que resguarda a las hojas más inmaduras y al meritesmo apical del tallo–, al contrario del resto de la planta, abre sus estomas en el día si el calor es elevado. Esto reduce su temperatura foliar varios grados centígrados debajo de la temperatura del aire.”

Además, se han localizado diferencias entre estas hojas y las del resto de la roseta a nivel de algunas proteínas (llamadas chaperonas moleculares) que protegen a otras de la desnaturalización. Este conocimiento podría ser utilizado en agricultura para lograr cultivos resistentes a condiciones climáticas extremas, explicó.

Estos trabajos se realizan en el Jardín Botánico, que resguarda a una de las colecciones de agaváceas más importantes del mundo y alberga 80 por ciento de las especies existentes en México (centro de origen de esta familia de plantas) y 65 por ciento del planeta.

El futuro
El especialista comentó que ante las exigencias planteadas por temas como la contaminación o la restauración ambiental, se deben aprovechar e integrar los conocimientos ya obtenidos y generar aplicaciones sustentables y robustas.

La bioinformática, relacionada con el manejo de cantidades grandes de datos –como el número de especies en un ecosistema, sus interacciones y localización– permitirá un mejor desarrollo de la biología de sistemas complejos, precisó.

La combinación de estas disciplinas será útil para diseñar estrategias orientadas a proteger el ambiente y explotar una región de manera sustentable. El futuro de la biología está en el modelaje de herramientas matemáticas y computacionales que expliquen el funcionamiento de los ecosistemas, con el propósito de minimizar los daños causados por las actividades humanas.

El Día del Biólogo fue establecido en 1961 por el Colegio de Biólogos de México y expertos de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, con el objetivo de proteger a los integrantes del gremio.

El 19 de enero de 1939 fue creada la licenciatura respectiva. Los planes de estudios se han modificado de acuerdo con las necesidades académicas y sociales. Actualmente, las ramas de zoología, botánica, manejo de recursos naturales y su conservación, y biología molecular y celular, son las de mayor interés entre los estudiantes.

 


Biodiversidad de México, un campo de estudio.

Fuente:
Cristóbal López, 24 de enero de 2013, Líneas de investigación para afrontar las sequías. Gaceta UNAM
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