El jueves 16 de mayo, en el auditorio “José Luis Sánchez Bribiesca” de la Torre de Ingeniería, se llevó a cabo la mesa redonda “Gestión de la recarga de acuíferos”, organizada por la Red del Agua UNAM (RAUNAM) y la Red del Agua de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Los recursos hídricos en México se caracterizan por su desigual distribución, tanto a nivel geográfico como en el tiempo. Esta particularidad, aunada a la creciente explotación de los acuíferos por el aumento de la demanda, han llevado a los especialistas a formular soluciones innovadoras que permitan reducir las afectaciones a la sociedad. La recarga de los acuíferos, de acuerdo a lo señalado en la introducción a la mesa por Adriana Palma, Técnico Académico del Instituto de Ingeniería y Coordinadora del grupo de análisis sobre este tema de la RAUNAM, se presenta como una opción probada y altamente viable para contribuir a la solución de los problemas del agua en nuestro territorio, sin embargo, apuntó, es necesario pensar este instrumento dentro de la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos. En este espacio Agustín Correa, profesor de la Facultad de Ingeniería, destacó también la relevancia de este tema para el Valle de México, sometido a fuertes presiones hídricas.

La primera en tomar la palabra fue Loreta Castro-Reguera, profesora de la Facultad de Arquitectura, con su ponencia titulada “Manejo del agua en el diseño urbano”. Las inundaciones urbanas han sido un problema histórico al que se han enfrentado las sociedades ubicadas en las tierras bajas, no obstante, las medidas que han implementado para reducir los riesgos de la población demuestran características particulares. Entendiendo esta cuestión, Loreta realizó un estudio sobre las estrategias para el control de inundaciones urbanas a nivel mundial para detectar posibles soluciones para la mitigación de éstas en la Ciudad de México. A través de estudios de caso en Curitiba y Porto Alegre, Brasil; Dordrecht, Países Bajos; Venecia, Italia; Hyderabad, India; Daca, Bangladesh; y Suzhou, China, concluyó que es fundamental introducir la cultura del agua a las ciudadanos, que las infraestructuras hidráulicas suaves en el espacio urbano son altamente viables, que el diseño urbano tiene un valor alto en el control de inundaciones y que es en última instancia el manejo de las políticas del agua las que determinan el éxito. Como resultados de esta investigación, Loreta ha colaborado con el Centro Mario Molina y creado el Taller Hídrico Urbano en la Facultad de Arquitectura, integrando así sus experiencias.

Por su parte, Gabriel Gracida, colaborador de la Sociedad Mexicana de Ingenieros del Distrito Federal, expuso los resultados de un importante proyecto de investigación titulado “Sustentabilidad del agua de lluvia en la cuenca del Valle de México”. Éste tiene como objetivo aprovechar y conservar el agua de lluvia recibida en la cuenca para una autosuficiencia y disminuir o evitar los problemas de inundaciones por las características geo-hidrológicas, edafológicas, topográficas y uso de suelo. La forma que se considera idónea para alojar al agua de lluvia es el subsuelo, pues tiene una gran capacidad de almacenamiento, evita la pérdida por evaporación y protege al recurso de posibles contaminaciones naturales o antropogénicas. En términos generales, la propuesta plantea disminuir las aportaciones actuales de otras cuencas –en particular Cutzamala-Lerma- y evitar el tener que recurrir en 2030 al agua del Río Tula. Para realizar esta actividad se plantea la recarga con diversos métodos, como los pozos de absorción con aguas pluviales o tratadas.

A manera de ejemplo, Alfonso Hernández, funcionario de la Delegación Iztapalapa, presentó la experiencia que han tenido en su territorio en cuanto a la recarga de acuíferos. Para Iztapala resulta imprescindible la recarga en tanto presenta un alto déficit de agua potable, la calidad del agua ha aumentado el precio de su tratamiento, diversas estructuras experimentan grietas y hundimientos diferenciales, además de las recurrentes inundaciones, con afectaciones sociales que se han convertido en un grave problema. La delegación desarrolló junto con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, un proyecto para el manejo de aguas pluviales. Es así que se aprovecha el material permeable que existe en los tres cerros, por lo que en la zona ecológica construye gaviones para detener el agua y el arrastre de los sólidos. En la parte urbanizada de las laderas de los cerros la estrategia se centra en rejillas de captación, líneas de conducción, cajas con trampa de sólidos y material flotante y columnas de tubería ranurada. Cuando el espacio es mayor, se construyen pozos a cielo abierto. En su conjunto, estas acciones han aminorado las afectaciones por lluvia y, en cambio, han ocupado el líquido para recargar los acuíferos.

Otro ejemplo de aprovechamiento del agua de lluvia fue expuesto por Ma. Estela de la Torre, Profesora de la FES Zaragoza. Desde hace un par de años, un grupo de estudiantes coordinados por la profesora realizan captación de agua de lluvia de los edificios de ese campus para ser utilizado en azoteas productivas, aprovechando la energía solar para su bombeo. El sistema de captación adaptado permite almacenar 270 m3 de agua que, debido a la construcción del mismo, se encuentra libre de sedimentos y brinda una calidad óptima para el riego de las plantas que tienen, en la azotea, los estudiantes de la carrera de Biología. El sistema de bombeo desde la cisterna hasta la azotea se alimenta de un panel solar, evitando así el consumo de energía eléctrica. La capacidad total de captación de la FES supera por mucho la capacidad de almacenamiento -5,300 m3 aproximadamente-, por lo que se planea reabastecer los mantos acuíferos mediante un pozo de infiltración que la delegación colocará en la parte más baja del campus.

La Universidad Autónoma Metropolitana cuenta también con una amplia experiencia en el aprovechamiento del agua de lluvia en sus instalaciones mediante un sistema de recarga-recuperación que, de acuerdo con Eugenio Gómez, Coordinador de la Red del Agua de la UAM, presenta alto valor agregado al eliminar los encharcamientos, mejorar la calidad del agua del acuífero, incrementar la disponibilidad del recurso y brindar un abastecimiento sustentable. Con un área de captación de 14,282 m2 dentro del campus Iztapalapa, el sistema ha demostrado su factibilidad, permitiéndole incluso escalarla y realizar el Proyecto piloto para evaluar la factibilidad técnica y económica de sistemas de recarga-recuperación para el aprovechamiento de agua de lluvia en el DF. Eugenio Gómez señaló que los volúmenes de lluvia potenciales para la recarga del acuífero de la Ciudad de México son los mismos del escurrimiento superficial virgen disponibles. La diferencia estriba en su aprovechamiento mediante pozos de absorción en lugar de su desalojo hacia la cuenca de Tula mediante un sistema de drenaje. Se calcula que el costo de abastecimiento mediante este sistema es de tan solo $12/m3, en comparación con los  $25/m3 que costaría traer agua del Mezquital.

Para concluir con la sesión, Oscar Monroy, Investigador de la UAM Iztapalapa, habló sobre las tecnologías de tratamiento de agua de lluvia para la recarga del acuífero. Indicó que para la cosecha eficiente se requiere de ciencia y tecnología, es decir, un monitoreo continuo de la microclimatología y de la composición del acuífero (tóxico y epidemiológico), sistemas que cuenten con múltiples barreras independientes para detener µO y contaminantes químicos, y evaluaciones de confiabilidad y riesgo. Además, es necesaria una participación pública en temas de agua, que se traduzca en un ahorro en el hogar y en el trabajo, que destaque la necesidad del reuso y que cuente con autoridades fortalecidas para la supervisión. De esta forma, los sistemas de recarga-recuperación no sólo brindan beneficios ligados directamente con el agua, sino que potencian el bienestar social al generar industrias y empleos ligados a la producción de artefactos domésticos e industriales para la captación y aprovechamiento del agua de lluvia.

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