SAN FRANCISCO, EE.UU. — En el desesperadamente seco Central Valley de California, todo aquel que tiene agua de sobra la vende por su precio en oro.
El tercer verano de sequía ha obligado a los granjeros a poner los campos en barbecho y despedir a los trabajadores. Sin embargo, en dos distritos más favorecidos por la lluvia, un par de granjeros están haciéndose con millones de dólares gracias a subastar las reservas de sus almacenes privados.
Otros 40 también están intentando vender sus excedentes de agua, dijeron fuentes de los registros federales.
Los economistas explican que hace décadas que el agua no era tan deseable en el mercado. Tan sólo en los últimos cinco años el precio se ha multiplicado por diez.
A diferencia de la anterior sequía de 2009, en esta ocasión el gobierno decidió no intervenir, permitiendo que el mercado ajustase los precios a su manera. Pese a todo, la grave escasez ya ha provocado un llamamiento nacional de emergencia en lo que va de año.
El alza de los precios llega tras repetidos avisos por parte de los científicos anunciando que el calentamiento global empeorará las sequías y aumentará el costo de mantenimiento de los sistemas de abastecimiento de agua en California.