Los ríos, arroyos, represas, canales y estructuras de saneamiento son los nuevos objetivos militares en una región semi-árida que muchas veces sufre la escasez extrema del vital elemento.

"El control de los suministros de agua otorga el control estratégico de las dos ciudades y del resto del territorio. Estamos viendo una batalla por el control del agua. El agua es ahora el principal objetivo estratégico de todos los grupos en Irak. Es una cuestión de vida o la muerte. Si se controla el agua en Irak, se controlará Bagdad, y ello puede causar grandes problemas. El agua es esencial en este conflicto", indica Michael Stephen, director adjunto del Real Instituto de Estudios en Qatar.

Las cuencas de los ríos Tigres y Éufrates son controlados por los rebeldes islámicos. Ambas corrientes de agua van desde Turquía hasta el Golfo y de ellos dependen Irak y Siria.

Según analistas, el agua está siendo utilizado como un instrumento de guerra. Se podría afirmar, incluso, que el control de los recursos hídricos en Irak es más importantes que las refinerías de petróleo, sobre todo, en los calurosos veranos.

Si se corta el suministro, podrían surgir graves problemas de salud y saneamiento.

Además, las sequías pueden ser factores de desestabilización política en Siria, ya que en las últimas décadas, el aumento de las temperaturas está causando problemas a nivel de la tierra, que se vuelve menos fértil.