GUANAJUATO, Guanajuato.- El río Temascatío, las 600 curtidurías de León y las empresas Químicos y Derivados (Quidesa) y Química Central, son los temas que más preocupan y ocupan a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por la contaminación que padecen o que generan, afirmó el titular de esa dependencia, Guillermo Haro, quien anunció que en lo que resta al gobierno de Enrique Peña Nieto se saneará el río Lerma en beneficio de éste y otros cuatro estados por los que atraviesa hasta desembocar en el Lago de Chapala.
Afluente del Lerma, el Temascatío, ardió de manera espontánea el miércoles 5 de este mes, y Haro Bélchez reconoció ayer que las descargas de 40 empresas instaladas en el parque industrial más antiguo del estado “no han sido normandas de manera consistente, sólida y definitiva, ni por el propio organismo de agua de Irapuato ni por la propia Conagua”.
A eso se suma que históricamente ha habido descargas de drenaje que “van a vilmente contaminar el Lerma” también, añadió.
A manera de resumen dijo que Profepa “ha llevado a cabo 38 visitas de inspección a 30 empresas de las 40 asentadas ahí, se han detectado 22 irregularidades, se han abierto 26 expedientes, se ha sancionado a 10 empresas, (y) 16 han resultado sin sanción”.
La contaminación del cauce del Temascatío no es el único tema preocupante en materia de medio ambiente para la Profepa, la cual, dijo su titular, también “pondrá especial interés en las próximas semanas” a Quidesa, de Salamanca, dedicada a la producción de vaselina sólida y líquidos, la cual inició operaciones en 1964 “y llegó a acumular residuos peligrosos de más de 30 mil toneladas de lodos ácidos en el Cerro de la Cruz”.
“De entonces para acá se han recibido un sinfín de denuncias por emisiones de humos y desde 1997 la Profepa ha mantenido su presencia con revisiones a emisiones y a la generación de residuos peligrosos”, dijo Haro Bélchez, quien dijo que aunque ya se levantó una clausura impuesta en abril del 2013, esa medida “fue condicionada al retiro de residuos sobrantes, más o menos a un ritmo de 200 toneladas por mes”.
Y, además, “a la remediación del sitio contaminado”, añadió y subrayó que Profepa supervisa que así sea, aunque también enfatizó que “ya no se están generando residuos peligrosos, se están retirando” por parte de una empresa autorizada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Química Central, asentada en San Francisco del Rincón y dedicada a fabricación de sales de cromo desde 1970, con la que “urge definir políticas y acciones concretas para lograr un lugar autorizado para el confinamiento temporal de los pasivos ambientales que se han generado”, actualmente clausurado, y la industria de la curtiduría, en León, son los otros dos temas ambientales que preocupan y ocupan a la Profepa.