Córdoba, Ver.- Ante la postura de activistas en defensa del río Atoyac, al menos 2 mil habitantes de la zona serrana de Córdoba, especialmente de San Rafael Caleria, padecen las consecuencias por la falta de agua, específicamente de un proyecto -sea el que sea, dicen- que los dote de agua para autoconsumo, pues mientras las autoridades deciden, los habitantes viven una severa crisis que los orilla a consumir agua contaminada.

Gregorio Merino, habitante de la zona, lamentó que las autoridades no les den una solución pese a su condición crítica, pues hace más de seis años les presentaron este proyecto como la solución a la falta de agua, aunque la postura de activistas los ha frenado y, sin embargo, las autoridades no han buscado otra solución.

A la fecha son alrededor de 2 mil habitantes tan sólo de San Rafael Caleria los que ante la falta de un proyecto deben de consumir el agua sumamente contaminada del río Seco, lo que ha traído una serie de enfermedades.

Al llegar la temporada de estiaje temen que su condición empeore, pues los niveles de agua de este río bajarán, por lo que será insuficiente, y aun cuando el gobierno envía pipas de agua en apoyo a su problema, no son una solución.

El entrevistado recordó que desde hace dos administraciones se presentó este proyecto, pues ya se sabía de la condición en la zona rural en torno al agua. Fue el ex alcalde Juan Antonio Lavin quien presentara esta propuesta, una vez que se concretó Agua Para Todos, que cubrió gran parte de la carencia de agua en la zona rural, por lo que Bandera Blanca vendría a ser la otra parte que faltaba para lograr una cobertura total en la zona serrana.

Sin embargo, Bandera Blanca no ha prosperado ante la postura de habitantes de Amatlán para permitir que tomen agua del río Atoyac, lo que derivó en un conflicto social.

Debido a ello y al necesario consumo de agua contaminada, los habitantes han presentado ya enfermedades en la piel y en el estómago, puesto que el líquido es para autoconsumo y deberes domésticos. Esto, tomando en cuenta que la condición económica de las familias les impide, a la mayoría, tomar agua de garrafón.

Es por ello que urgieron la presencia de las autoridades de Salud, al tener padecimientos como dengue y enfermedades estomacales.

“Cada vez estamos peor, pues el grado de contaminación en el río Seco aumenta, muchos están enfermos”.

Al no ver respuesta de las autoridades para dar una solución, pidieron a los habitantes de Amatlán que reflexionen, puesto que el agua es para todos y no politicen el tema.

Puntualizaron en que se trata de la calidad de vida de más de 5 mil habitantes que no tienen agua potable y que con la temporada de estiaje que está por iniciar se recrudecerá la situación.