Claudia Campero, integrante de la Alianza Mexicana contra el Fracking, consideró que serán “realmente escalofriantes” los efectos territoriales de este proceso que consiste en la fracturación del agua, una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. 

En entrevista para Noticias MVS primera emisión señaló que esta técnica se podrá utilizar con la reforma energética, por lo que promueven que este proceso no se realice; invitó a firmar su solicitud en http://nofrackingmexico.org/ o Avaaz.

Para esta técnica que se contempla en las leyes energéticas para extraer hidrocarburos, se usan entre 9 y 29 millones de litros de agua por pozo, además de que se hace un uso intensivo del territorio, porque está muy atrapado el hidrocarburo y se necesitan hacer cientos o miles de pozos, lo que causa impacto territorial.

Los pozos, apuntó, se perforarán alrededor de 5 kilómetros por debajo de la tierra. 

Además, Campero indicó que con los pozos que requiere el “fracking” la afectación territorial es completa y no sólo donde se realiza el pozo e incluso se afecta seriamente a la salud por los gases que se emiten, ya que el gas de lutitas extraído por “fracking” tiene grandes emisiones de metano y genera gran impacto al medio ambiente.

Ante este escenario llamó a los legisladores a prohibir el fracking en México.

Agregó que las propuestas de  leyes energéticas son realmente un “despojo” a campesinos, ejidatarios e incluso a los grandes propietarios, ya que se le da prioridad del uso de suelo a la explotación, extracción e incluso a la conducción de hidrocarburos. Dijo que la ley misma explica que la renta de la tierra es a favor del contratista y puede ofrecer a cambio pago en dinero, especie o incluso empleo.