Victoria, Tamaulipas.- Las aves son los principales bioindicadores respecto a la salud de los ecosistemas, afirmó la investigadora del Área de Monitorio Biológico del grupo Pronatura Noroeste, Alejandra Calvo Fonseca.

Las aves migratorias están en peligro de extinción debido a que cada día hay menos espejos de agua, la cacería furtiva e incluso las actividades cinegéticas no están debidamente controladas.

Las zonas más importantes a preservar en México son las deltas de los ríos Colorado y Bravo, los humedales de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, y los espejos de agua naturales, pues estas zonas tienen un potencial de forraje para estas especies de aves.

“Las aves son los principales bioindicadores sobre la salud de los ecosistemas, pues al estudiar su presencia es una manera más fácil de medir de manera científica cuál es el estado de ese ecosistema”, dijo.

El Día Mundial de las Aves Migratorias se celebra el segundo fin de semana de mayo para resaltar la importancia de disponer de redes de hábitats y ecosistemas internacionales bien conectados, a lo largo de sus rutas de desplazamiento, a veces miles de kilómetros, como son las áreas garantizadas y protegidas para su alimentación, descanso y reproducción.

Tamaulipas tiene en todo el litoral, deltas de ríos, la Laguna Madres, manglares, lagunas y en las presas de la entidad, como la Vicente Guerrero, hay hábitats para las aves migratorias que deben ser preservados.

Solamente a la Laguna la Escondida en Reynosa, llegan 14 distintas especies de aves migratorias y el ganso, en tres subespecies; de frente amplia, canadiense y nevado, es el más importante y el que más corre peligro por la cacería furtiva y el abuso en las actividades cinegéticas.

Hay al menos  20 especies migratorias de patos, la segunda especie en importancia, cuyas poblaciones llegan durante el ciclo otoño-invierno, y Tamaulipas y Tabasco son los principales puntos destino de estas aves.

Calvo Fonseca, explicó que cuando se analiza un hábitat, los pájaros son más visibles que otras especies como reptiles o peces, además de que pueden ser detectados de otras formas, como los nidos y los sonidos que hacen, que pueden ser imitados para llamarlos.

Manifestó que en particular para conocer la evolución ambiental del delta del río Colorado, en diferentes épocas del año se hacen monitoreos sobre la presencia  de diversas aves, en particular en la época de apareamiento.

Calvo Fonseca destacó que en dicho ecosistema localizado entre los estados de Sonora y Baja California, habitan alrededor de 385 especies de aves, entre aquellas que son residentes y las migratorias.

Cada año los humedales y marismas ubicados en el delta del río Colorado recibe a más de 200 mil aves acuáticas migratorias, que realizan sus traslados entre el sur y norte del continente americano, dijo.

Las especies en estudio en esa zona, se encuentran el ganso o branta canadiense, ganso frente blanca y el nevado, además de los patos de collar, calvo, golondrino, cucharón, pinto, verde, azul, canelo, borrado, cabeza roja, bola, surfeador y chillón, entre muchos otros.