México y Estados Unidos libran una nueva batalla por el agua. Por la sequía de los últimos años, los mexicanos no han podido cumplir con un acuerdo firmado desde 1944 que obliga a ambas partes a abastecerse mutuamente a través de los ríos Bravo y Colorado.

En 1944, el Presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, firmó un tratado para dejar claras las reglas en cuanto al uso del agua en la frontera entre México-Estados Unidos, pero ahora, los estadounidenses “están enojados” porque México no ha cumplido su parte y este último responde: “Yo no puedo hacer nada. No está lloviendo”.

En una nota sobre el tema, el diario The Washington Post publica que bajo los términos del tratado, Estados Unidos está obligado a darle a México agua del Río Colorado, mientras que México debe transferir agua desde el Río Grande y sus afluentes.

Pero en los últimos años se ha intensificado una disputa diplomática a lo largo de la frontera de Texas porque en los últimos años, ante la sequía, México no ha podido cumplir con su parte y actualmente debe a EU cerca de 380 mil pies cúbicos de agua, más que toda el agua que se consume en un año por los 1.5 millones de habitantes de Texas que viven en el Valle Bajo Río Grande.

Un estudio de la Universidad Texas A & M estima que el fracaso de México para compartir ha una pérdida de cerca de 5 mil puestos de trabajo y 229 millones de dólares a los productores de la región en los ingresos de los cultivos como algodón, maíz, sorgo y cítricos.

“Este tema es de vida o muerte para algunos de nuestros agricultores, su capacidad para mantener a sus familias y ganarse la vida”, dijo a la publicación Eddie Luicio III, representante estatal de Texas, que ha estado liderando una campaña para que México entregue la parte de agua que le corresponde . “Hemos sido buenos vecinos. Sólo queremos compartir y compartir por igual “.

La presa “La Amistad” es el epicentro de la controversia, ya que desde 1969 es administrada conjuntamente por los dos países: de las 16 compuertas, ocho son mantenidos por México y ocho por Estados Unidos. Cada país opera una planta de energía hidroeléctrica en la presa y es coordinadada por ingenieros de ambos países. En las salas de control los relojes muestran dos zonas horarias mexicanas y estadounidenses.

México no niega su deuda de agua, argumenta la publicación, pero dice que sus propias carencias hacen que sea imposible, en este momento, cumplir con los 350 mil pies cúbicos anuales que debe darse a Estados Unidos.

“Hemos tenido una sequía prolongada desde 1994 hasta ahora. Ha sido difícil para México para dar esta agua “, dijo Ignacio Peña Treviño, representante de México en la Comisión Internacional de Límites y Aguas. “No es la lluvia que hubo en el pasado”.

El tratado estipula que en caso de rotura de la presa o “sequía extraordinaria,” cualquier lado podría compensar su escasez en el siguiente ciclo de cinco años. Pero funcionarios del agua en Texas no creen que México vaya a cumplir con esa condición.

“Ellos no han tenido condiciones de sequía significativas desde marzo de 2012″, dijo Carlos Rubinstein, presidente de la Junta de Desarrollo del Agua de Texas. “Esa excusa, perdón por el juego de palabras, no se sostiene.”

El Gobernador de Texas, Rick Perry, escribió el año pasado al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre el problema. Legisladores federales y estatales exigieron que el Departamento de Estado que adopte nuevas medidas para presionar a México para cumplir con el tratado.

Según el diario estadounidense, los diplomáticos insisten en que están comprometidos. Roberta Jacobson, alto funcionario del Departamento de Estado para América Latina, escribió en una carta el año pasado que ella y sus colegas plantean la cuestión del agua “en todas partes nos encontramos con líderes mexicanos”. En su misiva señaló: “Vamos a persistir en nuestra defensa hasta que logremos nuestro objetivo de asegurar las entregas de agua suficientes de México a aliviar la angustiosa situación de las comunidades del sur de Texas”.