México no llegará al desarrollo sustentable sin la contribución del conocimiento, advirtió Julia Carabias Lillo al participar en el programa de festejos por el 75 aniversario de la Facultad de Ciencias.

En el Auditorio Alberto Barajas de esa entidad académica, impartió la conferencia magistral Las Ciencias y la Toma de Decisiones en las Políticas Públicas Ambientales, en la que resaltó la calidad de lo generado por los especialistas mexicanos en materia ambiental; sin embargo, lamentó que este saber no se use en la toma de decisiones.

Contrastes
Tras contrastar los enormes volúmenes de información en ciencias ambientales y cómo se dificulta su incidencia en la formulación de las políticas públicas en la materia, la extitular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señaló que pese a la situación hay avances que abren horizontes para analizar este tipo de problemas.

Carabias Lillo trazó un diagnóstico que abarcó, de manera general, grandes temas globales como la pérdida de la biodiversidad o el problema del agua, entre otros asuntos, donde destacó que en el planeta viven siete mil millones de personas y se espera que para 2050 la cifra se incremente en poco menos de la mitad.

A decir de la bióloga, la población se aglutinará en India, China, Estados Unidos e Indonesia. “Ahí vivirá 30 por ciento de las personas y, en términos continentales, Asia y África concentrarán 80 por ciento”.

Sin embargo, no sólo es un asunto de cantidades, el problema fundamental es qué hace la gente, cómo consume, qué tecnología utiliza y su relación e impacto en los recursos naturales, planteó.

Hoy en día, la población se distribuye por partes iguales en las zonas urbanas y rurales; no obstante, para mediados del siglo XXI las cifras se modificarán y 70 por ciento se asentará en las áreas urbanas. Si hay más habitantes en las ciudades que en el campo se presentarían factores de consumo diferentes y habría un desequilibrio entre quienes ofertan comestibles y los posibles compradores.

Además, los consumidores de las urbes tienen valores distintos (más demanda de carne, leche, huevo, etcétera). “Entonces, el problema no será sólo el aumento de tres mil millones de personas, sino también que éstas se concentrarán en las ciudades”, alertó.

La exintegrante del Panel de Alto Nivel sobre Sustentabilidad Global del Secretario General de la Organización de las Nacional Unidas subrayó que hay sólo una buena noticia: la mejora en la capa de ozono. “En la Antártida se ha recuperado siete por ciento y en otras latitudes 31. La tendencia va a la baja. ¿Cuál es la razón?, una política clara relacionada con los instrumentos económicos, porque se abrió un mercado en torno del fenómeno, todos participaron y aquí está el resultado”.

Posteriormente, se refirió a los retos que se vislumbran: el acceso sustentable al agua y detener la pérdida de la biodiversidad y la degradación de la Tierra.

“Se requieren políticas que sepan que los recursos del planeta son finitos, que la renovabilidad se pierde al transgredir las leyes de la naturaleza y que garanticen el uso sustentable. Debemos aplicar tecnologías adecuadas a cada región”, insistió.

La disponibilidad de una base de datos científicos sólida, con un modelo adecuado de información y una red eficiente de conocimiento, constituye el mejor soporte para tomar decisiones de largo plazo y solucionar conflictos en el tránsito al desarrollo sustentable.

Finalmente, instó a estudiantes e investigadores a involucrarse y resolver el marco conceptual en la materia, “pues éste aún se mantiene como una incógnita”, concluyó