SAO PAULO (Reuters) - El sudeste de Brasil está registrando algunas lluvias un año después del inicio de una sequía histórica, pero no lo suficiente como para eliminar las preocupaciones sobre una crisis energética, escasez de agua u otra temporada de daños en los cultivos para exportación, dijeron meteorólogos.

Máximos históricos de temperatura y la sequía más grave en por lo menos los últimos 80 años golpearon al sudeste de Brasil el año pasado, una región que responde por un 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Pese a las lluvias en las últimas semanas, los desafíos al clima del país podrían amenazar a una vacilante recuperación económica.

La agencia climatológica privada Somar advirtió de lluvias irregulares en el cinturón de soja del centro oeste del país, así como también en el sudeste durante enero, mientras un bloqueo atmosférico impide que un frente frío avance sobre regiones clave de cultivos en el mayor exportador mundial de café, azúcar, soja y carne bovina.

Eso es especialmente preocupante en el estado sudoriental de Minas Gerais, que produce la mitad del café de Brasil.

La sequía en Minas Gerais el año pasado restó hasta un tercio de los cultivos en algunas áreas, lo que hizo que los precios globales del café arábiga subieran un 50 por ciento anual, pese a un desplome de la mayoría de los otros mercados de materias primas.

Científicos dijeron que los cafetales no se recuperarían rápidamente del calor extremo y de la sequía, y pronósticos de lluvias menores al promedio este mes provocaron otra alza de los precios del café arábiga esta semana.

Las lluvias probablemente no harán que las represas recuperen niveles cómodos en el sudeste de Brasil, que es responsable por un 70 por ciento de la generación hidroeléctrica del país.

Los niveles de las represas en el sudeste bajaron a 19,72 por ciento de la capacidad esta semana.

El operador eléctrico nacional dijo que probablemente aumentará a 29,8 por ciento a fines de enero, aún por debajo del 41 por ciento de hace un año y muy por debajo del nivel de 60 por ciento considerado por los especialistas como ideal antes de la temporada seca.