Las firmas españolas ganan el 39,3% de las licitaciones del Fondo de Cooperación para el Agua y el Saneamiento de España.

Las empresas españolas han ganado 197 millones de euros al vencer en el 39,3 por ciento de las licitaciones realizadas para ejecutar los proyectos financiados con el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, creado por el Gobierno en el año 2007.

Con detalle, las empresas nacionales de consultoría se han impuesto en el 43,2 por ciento de los concursos, obteniendo contratos por 118 millones; en relación a las obras, sus ofertas han ganado en el 25,8 por ciento de las ocasiones, recibiendo 79 millones. A esos números hay que sumar pequeñas cantidades de consorcios mixtos.

El Fondo, dotado con 790 millones de euros donados por España, ha conseguido crecer hasta los 1.276 millones, gracias a las aportaciones de los países destinatarios de la ayuda, todos ellos latinoamericanos, y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La predominancia de las firmas españolas es meritoria, porque las licitaciones han seguido las normas de los países que han recibido la ayuda o se han efectuado de acuerdo con el estándar del BID al efecto, "siguiendo procedimientos transparentes y que garantizan la competencia y la calidad de las adjudicaciones", en palabras de Gonzalo Robles, secretario general de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Toda la inversión se ha enfocado en las áreas rurales y periurbanas, las más necesitadas de infraestructuras de abastecimiento y saneamiento de agua, y los proyectos no han sido de gran tamaño, pero suficiente para atraer a un buen puñado de empresas; en los listados de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo aparecen constructoras e ingenierías como Typsa, Hidrotecnia, Imasepi, Espina & Delfín, la pública Tragsa, etc.

Se han ejecutado o están en marcha 66 proyectos en 19 países. El Estado donde las empresas nacionales tienen mayor peso es Bolivia, con adjudicaciones por más de 30 millones, seguida por Haití y Perú, con más de 23 millones, y Colombia, con casi 20,5 millones.

La ayuda española no ha supuesto ninguna obligación de deuda para los receptores y ha beneficiado directamente a tres millones de personas. Robles destaca también su enorme impacto indirecto en la calidad de vida de la población, sobre todo la femenina.