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Noticias Internacionales - Junio 2015


7 de junio de 2015

Sequía está acabando el lago más grande de California

 

A lo largo del mar salton, California, el lecho del lago se encuentra completamente seco, se quema, cristalino y blanco al sol del mediodía. El ecologista Bruce Wilcox saltó de su camioneta y se agachó para recoger un puñado de suelo, brillante y crujiente.

Wilcox lo apretó, luego abrió el puño. El viento del desierto dispersó el lecho del lago como si fuera de talco. “Eso es preocupante”, dijo Wilcox, imaginando lo que pasaría si miles de hectáreas de este polvo se dieran a la fuga. Es el tipo de cosa que le quita el sueño.

El Salton Sea es el lago más grande de California, 576 kilómetros cuadrados de líquido reunidos en medio del desierto de Sonora. Ahora el mar se está escapando. El Salton Sea necesita más agua, pero lo mismo ocurre con casi cualquier otro lugar en California. Lo que está sucediendo aquí ilustra a la perfección la lucha por el agua en el Oeste de Estados Unidos, donde sequías épicas han revivido las batallas de décadas pasadas y las soluciones simples ya han sido probadas.

Permitir que el Salton Sea se contraiga sin cesar sería catastrófico, según los expertos. El lecho del lago seco, llamado “playa”, es más ligero y vuela más lejos que el suelo ordinario. Asfixiantes nubes de partículas, impulsadas por los poderosos vientos del desierto, podrían crear problemas de salud en más de 650,000 personas, en lugares tan lejanos como Los Ángeles. Los efectos serían aún peores a lo largo del lago, donde las comunidades ya no se encuentran dentro de los estándares federales en calidad del aire, y sufren las tasas de asma más altas del estado.

Pero el destino del Salton Sea depende de una complicada serie de implicaciones que enfrentan a las granjas contra las ciudades, el derecho al agua contra la necesidad de agua, las viejas formas de vida contra las nuevas. La sequía ha obligado a un replanteamiento de estos acuerdos, con cada parte guardando celosamente su parte de lo poco que queda de agua.

Creado por accidente hace más de un siglo y alimentado en gran medida por filtraciones agrícolas, el Salton Sea es un lugar difícil de defender. Alguna vez fue un parque de diversiones para las estrellas de Hollywood en las décadas de 1950 y 1960, hoy en día el lago es espantoso, en gran parte abandonada y en ocasiones plagado de peces muertos y burbujas nocivas de sulfuro de hidrógeno.

Las aves todavía aman el lago. Se reúnen aquí durante todo el año, especialmente durante los vuelos migratorios. El Salton Sea es el hábitat de más de 400 especies, el segundo con mayor diversidad de especies de aves en los Estados Unidos.
Mientras Wilcox conducía a lo largo de la orilla, vio somormujos espigados, águilas pescadoras y cigüeñas de cuello negro, aves finas que parecían como si llevaran trajes de etiqueta.

La población de aves se desplomará si el lago se reduce aún más, si los humedales desaparecen y la población de peces se marchita. Pero es el polvo lo que asusta a la gente. Después de años de filtraciones agrícolas, el lecho del lago es tóxico, con altos niveles de arsénico, selenio e incluso rastros del prohibido pesticida DDT.

Este escenario de pesadilla se ha presentado antes, 450 kilómetros al norte, en el Valle del Río Owens. Hace casi 100 años, el lago Owens fue drenado por el acueducto de Los Angeles para calmar la creciente sed de la joven ciudad. El polvo viajó en oleadas fuera del lecho seco del lago, llegando a niveles de polvo que hoy pueden alcanzar 10 veces el nivel que los oficiales federales consideran seguro.

Al día de hoy siguen los esfuerzos para controlar los daños en el Lago Owens. Se han gastado más de 1,300 millones de dólares. Pero el lecho del lago estéril sigue siendo la principal fuente de polvo en los Estados Unidos.

“Todos los errores cometidos son los que estamos tratando de no repetir aquí”, dijo Wilcox.

El Salton Sea se encuentra a unas tres horas al este de San Diego, en el Valle Imperial, también llamada la “ensaladera de invierno” de Estados Unidos, debido a la gran cantidad de verduras cultivadas aquí. Esta anomalía agrícola en el desierto es posible ya que el agua del Río Colorado ha sido desviada a través de canales y acueductos.

En 1905, uno de estos canales explotó, y el agua se anegó a lo largo de una antigua cuenca de 70 metros bajo el nivel del mar. Así nació el Salton Sea.

Durante décadas, el agua parecía interminable. California a menudo tomó aún más de lo que le correspondía, y nadie se preocupaba demasiado. Los agricultores en el Valle Imperial tratan el agua como un derecho de nacimiento barato. Se inundaban campos y ellos no se preocuparon por la conservación.

El Salton Sea floreció. En la década de 1950, aparecieron los centros turísticos. Guy Lombardo se reunía con Frank Sinatra en la playa. “Saludos desde el Salton Sea”, se leía en tarjetas postales que exhibían familias jugando en la arena.
Los peces también amaban el lago. Se convirtió en una de las zonas de pesca más productivas del país.

Pero el lago fue siempre un lugar difícil para vivir, y el agua se ha hecho cada vez más salada en los últimos años, como resultado de la evaporación y el estancamiento. El Salton Sea es ahora 50% más salado que el océano. Hoy, sólo la tilapia y el pez cachorrito del desierto sobreviven. Y los expertos no saben cuánto tiempo más van a durar.

La presión sobre Salton Sea comenzó a tomar forma a finales de 1990 cuando Nevada y Arizona comenzaron a presionar sobre su parte equitativa del río Colorado. California recibió la orden de dejar de tomar más de su asignación legal. Eso significó que los agricultores del Valle Imperial tenían que compartir. Se elaboró un acuerdo en el 2003, pero no fue bien recibido en el Valle Imperial.

“Sigue siendo una controversia viva”, dijo Kevin Kelley, gerente general del Imperial Irrigation District, que gestiona los derechos de agua para los agricultores de la zona. “El uso del agua se convirtió en un objetivo fijo”.

El Valle Imperial accedió a dejar de cultivar —y, lo más importante, a regar— 50,000 hectáreas y en su lugar, enviar el agua a San Diego y el Valle de Coachella para uso residencial. A cambio, las zonas urbanas pagan los esfuerzos de conservación del agua en el Valle Imperial, tales como el revestimiento de canales y la instalación de sistemas de riego por goteo. El acuerdo también pidió 32,000 millones de galones de agua al año que se canaliza directamente en el Salton Sea para compensar la pérdida que se filtra en las 50,000 hectáreas de campos de cultivo tradicional.

“Eso es una gran cantidad de agua para un lago que no mucha gente quiere”, dijo Michael Cohen, investigador asociado en el Pacific Institute, una especie de consejo en temas de política de aguas.

Pero ese grifo está programado para cerrarse a finales del 2017, y el plazo se cierne como una dura fecha límite para el desastre ecológico. “Será entonces cuando el Salton Sea caiga por un precipicio”, dijo Kelley.

Las señales de lo que nos espera están en todas partes. Un día, el mes pasado, Wilcox se paró en una franja estrecha de playa, mientras los peces muertos, tal vez cientos de ellos, se balanceaban en las olas de la superficie.

Los centros turísticos se han ido, las comunidades junto a la playa han disminuido. A pocos kilómetros de distancia, en la una vez alegre Bombay Beach, los últimos vestigios de un puerto deportivo asoman fuera del agua. Todo parece estar en ruinas o desierto.

“Es casi como una película de ‘Mad Max’”, dijo Gilberto Cárdenas, de 34 años, de Costa Mesa, California.

Muchos residentes de Salton Sea culpan de los problemas del lago a la mala gestión. “La gente está frustrada. Realmente frustrada”, dijo Lisa Simpson, de 51 años, quien atiende un bar en Johnson’s Landing, en Salton City, desde donde ella puede mirar por la ventana y, literalmente, ver retroceder el mar. Cada año, la playa gana alrededor de 2 metros de superficie.

“El agua solía llegar casi a la puerta”, dijo Simpson. Ella se da cuenta de que es poco probable que el mar vuelva a sus días de gloria, pero opina que la preservación del lago, en su estado actual, es algo que se debe hacer.

Wilcox se situó en el bar a beber un refresco. Comprendió que la gente estaba enojada con el distrito de riego con él, incluso. Por eso, dijo, quiso encontrar algún tipo de solución.

Si no se hace nada, el nivel de agua del lago se desplomará 6 metros en los próximos 15 años, según las proyecciones. La salinidad se triplicará. El último de los peces morirá. Y así mismo muchas de las aves. 160 kilómetros cuadrados del lecho del lago estarán expuestos. El polvo será devastador.

Todo lo que el lago necesita es más agua. Pero eso es lo que necesitan todos. Es un juego en el que si gana uno pierde el otro.

“Estamos tomando agua de una olla y poniéndola en otra”, dijo Wilcox. Él cree que Salton Sea se puede salvar.
Para él, no hay otra opción.

erp

Foto: Reuters


 


Fuente:
7 de junio de 2015, Sequía está acabando el lago más grande de California. www.eleconomista.com.mx
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