La construcción de cinco espigones de más de 100 metros de extensión, a partir del muro de contención de la orilla del río Suchiate del lado guatemalteco, pone en riesgo a colonias de la zona norte y la cabecera municipal de Suchiate, Ciudad Hidalgo.

Lo anterior, ante la posibilidad de eventualidades que provoquen crecientes de este río, como ha ocurrido en años anteriores y en particular en los años de 1998 con los huracanes Mitch y en el 2005 con Stan.

Aunque se trata de obras acordadas por los gobiernos de México y Guatemala, en este caso para protección del territorio de este último, la contraparte del lado mexicano solo realiza acciones menores para atender el golpe de agua que podría provocar una corriente extraordinaria.

Sin embargo, los espigones, de ser mayor la corriente, de poco servirían.

Hay preocupación del lado mexicano

El presidente municipal de Suchiate, Javier Cruz Aguilar, durante el recorrido que realizó por esta zona señaló su preocupación por el riesgo que existe. Dijo que ha pedido a la Federación que valore la situación y que agilice las obras que realiza, aunque reconoció que en caso de una eventualidad mayor, la construcción sería insuficiente.

La cuenca transfronteriza tiene una extensión de 1,287 km2. Su escurrimiento natural medio superficial en Guatemala es de 2,553 hm3, y en México de 184 hm3, con una longitud de 81 Km que sirven de límite entre ambos países, de los cuales 75 Km pertenecen a México y 6 km a Guatemala.

En su recorrido desde las zona de la Sierra recoge corrientes de otros ríos y arroyos, lo que provoca que frecuentemente haya desbordamientos con afectaciones a las poblaciones y cultivos en las cercanías de su desembocadura en el Océano Pacífico.

Sobre esta situación, Anacleto González, del Distrito de Riego de Suchiate, señaló que como consecuencia de la construcción de los espigones se provocará un golpe de agua hacia el lado mexicano. En ese lugar donde se prevé se recibirá el impacto, se está construyendo una capa de gaviones para alargar un poco más el borde y atenuar las crecidas y se harán otros trabajos más.

Los pobladores de las colonias 26 de Octubre, 24 de Febrero, 4 de Octubre, 15 de Enero, Eustolgio Cortés, al norte de la cabecera municipal Ciudad Hidalgo, podrían ser afectados, expusieron al ser entrevistados y manfestar su preocupación.

Acuerdos para la construcción  

La construcción de obras de protección acordada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas de México y Guatemala, que se realiza del lado guatemalteco y que consisten en cinco espigones a partir del muro de contención que marca la línea teórica entre ambas naciones, mantiene a autoridades mexicanas con preocupación ante el riesgo que esto representa para la cabecera municipal con probabilidad de inundaciones.

Eventos extraordinarios como los ocurridos en 1948, en 1998 con Mitch y en el 2005 con Stan, han provocado que el cauce haya sido inestable y se haya modificado ante el escurrimiento de grandes volúmenes de agua que han impactado en el suelo arenoso y dejado terrenos mexicanos del otro lado del río y lo mismo ocurre con terrenos guatemaltecos del lado nacional.

Javier Cruz Aguilar señaló que hay intranquilidad entre la población porque a partir de la zona de la “primera canastilla”, en las inmediaciones del Puente Suchiate II, se realizan esas obras guatemaltecas.

Afirmó que ante una avenida extraordinaria de la corriente del río el impacto podría ser de graves consecuencias para la cabecera municipal de Ciudad Hidalgo.

Expuso que han solicitado a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, atender con prontitud esta situación, ya que en gobiernos anteriores se autorizaron recursos que no fueron aplicados y hoy el riesgo es inminente para la población.

Acuerdo de los años 50

A su vez encargados y productores que reciben agua a través del canal de riego, indicaron que en el río Suchiate hay un cauce internacional con corrida libre. Había una avenida que de acuerdo con las condiciones variaba. Ese acuerdo entre México y Guatemala fue en la década de los cincuentas, cuando se acordó estabilizarlo porque el río se movía y dañaba a uno y otro lado.

Las condiciones de las avenidas requerían un espacio para moverse y fue entonces cuando determinaron un ancho definido por dos líneas teóricas, una de cada lado que delimitaron la franja del río. Hasta esa línea teórica ambos gobiernos pueden hacer obras de protección y es lo que realiza Guatemala, se indicó.

Sin embargo, el problema es que esto no queda dentro del mismo grupo parcelario, pues muchos campesinos del lado mexicano solo se quedaron con el título parcelario, lo que no ocurre del lado guatemalteco donde la propiedad de esos terrenos es de una misma familia.