La Rías Baixas son los ecosistemas marinos con mayor biodiversidad en el mundo, que además coexisten con una actividad industrial intensa, ya que en esta zona se concentra el 80% de la industria conservera en España. En este contexto y con el fin de avanzar en el tratamiento de aguas residuales, estos procesadores han iniciado el proyecto europeo Life Seacan, cuyo objetivo es demostrar la aplicación de dos tecnologías basadas en procesos de biopelícula para el tratamiento de aguas residuales procedentes de la actividad industrial de conservas de pescado. Tal tratamiento podría reducir la contaminación en la materia orgánica y nitrógeno producido en los ecosistemas marinos por las descargas de estas industrias. 

La Universidad de Vigo, junto con la USC, forman parte de esta iniciativa coordinada por el Centro Gallego de Investigación del Agua, Cetaqua en Santiago de Compostela, el Centro Tecnológico del Agua, y las Fundación Privada en Barcelona. El proyecto también contará con la colaboración de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de pescado, Anfaco-Cecopesca.

1,7 millones para tres años y medio

El proyecto Life SEAC tiene un presupuesto de 1,7 millones de euros, de los cuales el 60% es aportado por la Comisión Europea a través del programa de LIFE14, y un plazo de ejecución de tres y medio años, a partir de septiembre de este año hasta febrero 2019.

Los investigadores y expertos de universidades y centros tecnológicos y de investigación tratarán de aplicar estas tecnologías para mejorar la calidad del agua descargada y así minimizar su impacto ambiental en el ecosistema marino. La viabilidad y la eficacia de estos procesos testarase en Rías Bajas, habiendo ya realizaron pruebas iniciales con las corrientes de pescado enlatado a pequeña escala. 

La novedad de esta tecnología es su economía y la sostenibilidad, ya que minimiza el consumo de energía y su huella Carbono y obtiene una mayor calidad de agua para su vertido directo. Por lo tanto, conserva la biodiversidad del medio ambiente, lo que es esencial para el desarrollo de la actividad económica de la industria conservera, que en el caso de Galicia, representa 2,8% del PIB de su economía. Hasta el momento se ha confirmado la eficacia de estos procesos de biopelícula en las aguas residuales de naturaleza diferente, pero que no han aplicado las corrientes procedentes del enlatado del pescado. Las pruebas iniciales demuestran a pequeña escala que mejora la calidad del agua y se reduce el consumo de energía y la huella de carbono en comparación con los tratamientos convencionales.

Vigo se hará cargo de la evaluación de la biodiversidad

El proyecto se inició en septiembre pasado y los socios están inmersos en la búsqueda de una fábrica de conservas en Rías Baixas, en la que poner en marcha el prototipo para probar nuevas tecnologías para la purificación que en el futuro podría reemplazar a los que se están utilizando en la actualidad.

La participación viguesa se centrará en la evaluación de la biodiversidad de la zona de sustrato bentónico. Para ello, participan en este proyecto los profesores del Departamento de Ecología y Biología Animal Jesús Souza Troncoso, Mariano Lastra y Jesús López y el investigador Mark Rubal. Este equipo se centrará en monitorear la biodiversidad de la zona de descarga de la conservera antes y después de iniciar el uso de las nuevas tecnologías. "Trabajamos con el sustrato blando en la zona de desagüe en la que instalar el prototipo, y comenzaremos mes o mes y medio antes de qye este cinience a trabajar para así obtener datos de la biodiversidad del sistema actual que probaremos" enfatiza Souza Troncoso. También reúnen datos sobre un área de control para comparar los resultados. El director de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla también hace hincapié en que, en los tres años y medio de duración del proyecto, se desarrollarán varios talleres en Vigo, en ECIMAT, para avanzar en la investigación y para "dar a conocer nuestro trabajo a la sociedad."