México.- El gobierno federal y las autoridades de Tabasco y Campeche promueven la construcción de la presa Tenosique, con la que se espera hacer frente a las inundaciones que cada año se producen en esos estados.
El proyecto denominado Derivadora Tenosique y Zona de Riego, Bajo Río Usumacinta, cuenta con una inversión de casi 75 millones de pesos y pretende implementar programas productivos, generar energía hidroeléctrica e incluso promover el turismo.
Sin embargo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la secretarías de Agricultura y Medio Ambiente entregaron el estudio de factibilidad para la presa y alertaron de los riesgos que se deben prever antes, durante y al finalizar la obra que abarca 236 mil hectáreas.
Entre ellos, impulsar la construcción de un sistema de grandes presas en las cuencas altas para generar electricidad, controlar las inundaciones, suministrar agua de riego y desecar las zonas pantanosas, así como un impulso a cultivos como caña de azúcar, coco, plátano, cacao y algunos cítricos en las planicies; café, frutales y hortalizas en las cuencas altas, establece el informe al que MILENIO tuvo acceso.
No obstante, se alertó que un proceso acelerado por los intensos programas de explotación de los ricos mantos petroleros de la zona ocasionó "la más vasta tarea de transformación de los ecosistemas acuáticos de la cuenca".
Por ello, la Conagua advirtió que una baja eficiencia en la utilización del agua; el uso desmedido de fertilizantes y plaguicidas y la carencia de plantas de tratamiento de sus desechos "la convirtieron en altamente peligrosa" para los ecosistemas acuáticos.
"La apertura de los mercados han acentuado estas debilidades y sumergido a la agricultura en una crisis generalizada, de la que también ha participado su actividad complementaria: la ganadería, que ha visto multiplicadas sus dificultades por los conflictos sociales y políticos alrededor de los problemas de tenencia de la tierra que vive la región", indica.
Los trabajos de la presa iniciaron este mes y se espera concluyan a finales del sexenio, como parte del programa nacional de Infraestructura 2014–2018, el cual plantea el incremento de la infraestructura hidráulica para asegurar agua destinada al consumo humano y riego agrícola, así como para saneamiento y protección contra inundaciones.
Entre los beneficios, la Conagua informó que el Bajo Río Usumacinta tiene energía solar, agua y tierra en abundancia, recursos naturales indispensables "para lograr el desarrollo sustentable"; además posee una biodiversidad "que hay que proteger y restablecer".
El proyecto también prevé el turismo, debido a la cercanía con la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, pues se analiza hacer un corredor turístico con visitas a la presa y el cañón del Usumacinta, paseos en lancha para la observación del paisaje, fauna, flora y gastronomía regional.