Nos aseguran que quienes están a favor de aprobar la nueva Ley General de Aguas decidieron bajar la nueva legislación antes de que explotara una nueva ola de protestas que sacara a grupos de inconformes a las calles.
Diputados priistas aseguran que aunque para ellos la ley no es privatizadora, como sostienen partidos de izquierda y diversas Organizaciones No Gubernamentales, prefirieron no abrir un nuevo frente y cedieron para que la votación de la polémica legislación se pospusiera indefinidamente.
Nos explican que ya veían venir tomas de tribuna y acusaciones de ser unos privatizadores. Acordaron que se abrirá la puerta a expertos en el tema para escuchar sus puntos de vista y que sean ellos quienes dejen claro si la ley tiene o no intenciones de privatizar.
En el PRD y otros partidos de izquierda ven este freno como un triunfo y que al aceptar esta posposición el PRI y el PAN aceptan de manera implícita que no hubo una estrategia transparente y adecuada para llevar a la tribuna un dictamen sin cuestionamientos.