Con el lema "Agua y desarrollo sostenible", este 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través de su portal del Día Mundial del Agua, asegura que el objetivo de esta celebración, es destacar la función esencial del agua y propiciar mejoras para la población mundial que sufre de problemas relacionados con el vital líquido. "Es un día para debatir cómo debemos gestionar los recursos hídricos en el futuro", se lee en su portal.

De igual manera, informa que el tema de este año trata la relación del agua con todas las áreas "las cuales debemos tener en cuenta para crear el futuro que queremos". Cabe destacar que la UNESCO, por medio de la agencia UN­Water, complementa los programas y proyectos acerca de agua dulce y saneamiento relacionado con este tema, apoyando a los Estados miembros a lograr objetivos y metas acordados por la comunidad internacional. México, a través de la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO (CONALMEX), participa en estos esfuerzos.

Hasta el día de hoy UN­Water cuenta con 31 miembros y 37 socios, a nivel mundial.

El 20 de marzo pasado, la UNESCO presentó en Nueva Delhi, India, el informe Agua para un mundo sostenible, en el que destacó que "si todo sigue igual, el planeta deberá hacer frente a un déficit global de agua del 40% de aquí a 2030. De ahí que la única solución sea aprender a administrar este recurso vital de forma sostenible".

En este sentido, el informe subraya la función que pueden desempeñar los poderes públicos para influir en las opciones estratégicas que tienen repercusiones determinantes en la perdurabilidad de los recursos hídricos, proponiendo la construcción y utilización de centrales térmicas. Según el informe, la limitación de la producción termoeléctrica se puede lograr, invirtiendo en energías renovables como la solar y la eólica, aunque actualmente todavía sean costosas.

Señala también, que en el ámbito de la agricultura, el consumo excesivo de agua se puede limitar dando subsidios a los agricultores que optan por sistemas de regadío eficientes, y cita el ejemplo de Chipre, en donde esta ayuda económica a los campesinos ha permitido que se modifique considerablemente su actitud con respecto a las técnicas de riego y que se impongan métodos menos despilfarradores de agua.

Al respecto, la investigadora Lorena Torres Bernardino, quien colabora con la Universidad Autónoma de México (UNAM) y con el Institut de Recherche Pour le Développement (IRD), aseguró que la educación es una vía para la solución de problemáticas actuales, por lo que es indispensable que la academia sea participe de las decisiones que se toman en cuanto a la gestión del agua.

Torres Bernardino, dijo que para lograr una metodología adecuada de desarrollo sostenible, es fundamental un contexto democrático para poder implementarla .

¿En donde estamos?
Según datos emitidos por la organización agua.org.mx, las cifras de agua en el país indican que en promedio un mexicano consume 360 litros de agua al día, 10.6 millones de personas no cuentan con agua potable en México y entre 30 y 50% del agua para abastecimiento público se pierde en fugas.

Asimismo, el 37% de agua pertenece a tomas clandestinas, el 46% es para uso doméstico y México ocupa el lugar 106 de 122 en calidad mundial de agua, un lugar nada favorable.

En el marco de la conferencia El papel de la investigación científica en la gestión sostenible del agua, llevada a cabo en el Centro Multimodal de la Dirección General de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar (DGECyTM), Lorena Torres Bernardino enfatizó que sí hemos evolucionado como país en este sentido, ya que hace 70 años el agua se veía únicamente como un recurso económico y en la actualidad una parte de la sociedad ya la percibe con sus implicaciones sociales, entre las cuales se encuentran: la tecnología, el impacto de nuevos asentamientos, el cambio de las dinámicas sociales, la relación entre la mujer y el agua y el aprovechamiento y gestión de este recurso, entre otros.

Destacó que para lograr en el país un desarrollo sostenible, es indispensable ver este recurso con visión de desarrollo y como bien público. Agregó que para que los resultados sean duraderos y dirigidos para el bien común, es fundamental tomar en cuenta el bienestar ecológico del agua, el aire y el suelo; así como las interacciones de los seres humanos, las cuales abarcan aspectos como la población, la equidad, el desarrollo económico y el consenso entre gobiernos.

La gestión sostenible del agua, sólo será posible si se llega a un punto en común, en donde se reconozca este recurso como un bien público, el cual sea gestionado ante el gobierno por una institución académica, mencionó.

Reconoció que los recursos hídricos y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, por lo que es indispensable mencionar que el agua sea un tema de la agenda pública para que se atienda con la importancia que merece.

"El agua es un problema de recurso político, no de índole económico. Las demandas sociales deberían ser el camino para construir políticas publicas eficaces", expresó.

La investigadora explicó que uno de los grandes retos que enfrenta México en este sentido, es crear una cultura de mantenimiento en los drenajes y sensibilizar a la población para ver este recurso como un patrimonio cultural y de esta forma evitar el desperdicio y la contaminación.