En Celaya por lo menos 22 mil 150 personas se abastecen de agua que tiene niveles de arsénico por encima de la norma oficial NOM-127- SSA1, la cual es extraída de 10 pozos que no cuentan con plantas para potabilizarla.

Los habitantes llevan años obteniendo esta agua y en un gran número de casos, consumiéndola sin saber los riesgos para su salud.

Autoridades de Jumapa y Conagua han reconocido públicamente que el problema es grave, principalmente en la zona rural, pero en conjunto con la Jurisdicción Sanitaria número III, no tienen un plan concreto, ni coordinado para atender el problema, ni siquiera para informarle de este a la población afectada.

Tampoco se vislumbra una solución a corto plazo. Jumapa busca realizar un estudio para gestionar apoyo que permita colocar plantas potabilizadoras en donde haga falta. Conagua espera que Jumapa le entregue ese estudio para poder contribuir a potabilizarla.

Y cuando se les pregunta mientras cómo se está procurando la salud de los celayenses que reciben esa agua, los titulares de estas dependencias argumentan que no hay alerta de la SSA, mientras que por parte de la Jurisdicción Sanitaria III, se señala que hasta ahora no hay registro de alguna muerte o persona enferma cuya causa medicamente se haya comprobado que fue por el consumo de líquido con arsénico.

Efecto crónico

Carlos Álvarez Flores, presidente de la Asociación México Comunicación y Ambiente A.C., asociación dedicada al tema de las sustancias químicas en general y quien a invitación de Semarnat participar en el Consejo Consultivo Nacional de Sustancias químicas, compuestos orgánicos persistentes y residuos peligrosos sujetos a convenios internacionales, opinó que hay un problema de enfoque al enfrentar el problema.

“Las pruebas de toxicidad que hacen en México, la Cofepris y la Secretaría de Salud, se refieren a estos agentes pero haciendo pruebas de toxicidad aguda o sea de que no se muere un organismo inmediatamente con cierta dosis, no, el problema que tenemos en México es que nosotros no tenemos estudios toxicológicos de lo que se llama toxicidad crónica que es la que se va acumulando, ese es el tema del arsénico”.

“Si usted o cualquier celayense está tomando durante 5 ó 10 años una agua con un límite máximo permisible por encima de la norma no es que se muera uno inmediatamente por supuesto que no es así, pero sí hay un efecto crónico”.

El especialista dijo que desgraciadamente el Sector Salud carece de los recursos y de la voluntad para hacer evaluaciones a largo plazo en grupos sensibles como niños, mujeres embarazadas o adultos mayores que determinen las causas de enfermedades.

”Nuestro gobierno no ha invertido lo suficiente para poder determinar hoy cuántas gentes han muerto prematuramente en Celaya por haber ingerido estas aguas.

Hoy para Jumapa y Conagua es muy fácil decir ‘vamos a hacer unos estudios’, ya estamos tarde, la reacción es tardía los problemas de salud ya los tenemos y no disminuyen, al revés. El arsénico tiene afectaciones directamente sobre el sistema nervioso central, me refiero a este efecto crónico, no al agudo”.

Añadió que es responsabilidad de la Jurisdicción Sanitaria III y Jumapa informar o capacitar a la gente de las zonas.

Se toman el agua sin saber de daños

Hace 4 meses María llegó a vivir a la colonia Luis Donaldo Colosio, donde poco después su pequeña hija padeció diarrea y vómito en varias ocasiones: “yo no sabía que el agua de aquí tenía arsénico”, dijo.

“El agua aquí sale con un olor medio raro y con un color amarillento, a los pocos días de que la almaceno en el tambo aparece una capa negruzca o verde. Desde que se enfermó mi niña yo lo que hago es comprar agua de garrafón que vienen a vender de San Miguel Octopan y cuando no tengo dinero, la hiervo”.

Desde hace unos tres años los más de 600 habitantes de la colonia Luis Donaldo Colosio, se abastecen de un pozo que será el más próximo en contar con una planta potabilizadora, pues a decir de Jumapa el agua que se le extrae tiene niveles de arsénico por encima de la norma.

De acuerdo a un sondeo entre ocho vecinos de diferentes calles de la colonia, durante este tiempo ni personal del Sector Salud, ni del Gobierno Municipal, se han acercado para informarlos de los riesgos por tomar agua con arsénico y algunas reconocieron que la beben o la usan para preparar la comida, porque no siempre les alcanza para comprar agua de garrafón.

Raquel García, representante de los colonos, señaló que sí les habían ido a informar sobre los riesgos de tomar esa agua, pero después de contradecirse sobre cuándo, cómo se había dado esa capacitación y a quiénes, dijo que no tenía tiempo para atendernos.

El sondeo también se realizó con algunas mujeres que esperaban cita afuera del Centro de Salud de San Miguel Octopan, quienes coincidieron en desconocer los riesgos de beber agua con arsénico.


No sirve de nada hervirla

El encargado del Centro de Salud, Cesar Ramírez, expresó que hervir el agua no es suficiente para eliminar la presencia de metales como el arsénico por lo que recomendaba consumir agua de garrafón de preferencia de marcas comerciales, porque la que se distribuía en la localidad finalmente provenía de los mismos pozos con arsénico y estaba en duda su proceso de potabilidad.

Atenderán a ‘cuenta gotas’ 10 pozos con arsénico

A decir del director de JUMAPA, Arturo Gómez, los 10 pozos en los que han detectado agua con arsénico por encima de la norma oficial se encuentran en la colonia Luis Donaldo Colosio, 4 más en San Miguel Octopan, y el resto en La Aurora, San Luis Rey, Rancho de Camargo, Santa María del Refugio y Santa Teresa.

De estos el más próximo que contará con una planta potabilizadora cuyo costo será de un millón 200 mil pesos, será el de la colonia Luis Donaldo Colosio, que es donde consideran que más urge.

En trámite está el del Rancho de Camargo. Para el 2016 esperan presentar a la Conagua el proyecto ejecutivo para atender los cuatro pozos de San Miguel Octopan, ahí el plan es clausurar uno, perforar otro a 600 metros de profundidad donde se espera que haya menos riesgo de la presencia de arsénico, y luego hacer que todos conduzcan sus aguas a una sola planta potabilizadora para después llevarla a los usuarios. Las otras comunidades están en lista de espera.

“Son los que se utilizan para el consumo de agua potable aunque no se cumpla con la calidad, son los que se utilizan en los asentamientos donde hay población; seguramente hay otros pozos (con niveles altos de arsénico) pero para uso de riego agrícola”.

El director de Jumapa señaló que la calidad del agua donde no ellos no tienen control de los pozos, la dependencia que la vigila la Secretaría de Salud.

Previenen a medias

Eduardo Modesto Vázquez Álvarez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria III, aseguró que se da información sobre los riesgos de tomar agua con arsénico a las personas que acuden a las pláticas del Programa Prospera y a las que acuden a sus unidades de salud, pero no hay una campaña más amplia de información como ocurre en el caso del Dengue.

“Hacer algo más grande seria decir que nuestros pozos están matando gente y no es cierto, toda la vida hemos tenido las misma cantidades de concentración de arsénico y de cualquier metal que quieras ponerle y están dentro de norma o están fuera de norma pero esas comunidades tienen toda la vida consumiendo esa agua.

“La gente que va a mi unidad yo le doy capacitación, la gente que no va a mi unidad pues no te puedo dar una capacitación. ¿Cómo me pongo yo a dar una capacitación a una población de 5 mil habitantes si tengo que dar consulta?, si los que van conmigo son mil habitantes o mil 500 habitantes”.

Sugirió a las personas que viven en zonas donde hay agua con arsénico acercarse a los Comités de Salud a informarse sobre los riesgos por su consumo.

Al respecto, Joel Gasca González, coordinador jurisdiccional de procesos contra riesgos sanitarios, dijo que hace tiempo estuvieron en la comunidad de San Martin de Camargo informándoles sobre la situación que prevalece en sus pozos y que el agua no era apta para consumo.

Espera Conaguaestudio para actuar

El director de Conagua en Guanajuato, Humberto Navarro de Alva, señaló que de existir un pozo con niveles altos de arsénico inmediatamente la Comisión Nacional del Agua primero suspende actividades de ese pozo y posteriormente apoyaría con el financiamiento para poder contratar y comprar las potabilizadoras que se necesiten para seguir suministrando el agua.

“En la zona nororiente de Celaya el organismo operador está realizando estudios, vamos a esperar lo que determina estos estudios para poder actuar en consecuencia”.

Pero dijo desconocer la existencia de casos como el de la colonia Luis Donaldo Colosio donde llevan tres años consumiendo agua con arsénico y apenas se está pensando en colocar una planta potabilizadora.

“Yo me baso en los estudios, a la hora que yo tenga un respaldo que me permita conocer que tenemos esta problemática inmediatamente le entramos. Pedimos de manera urgente e inmediata a los organismos operadores de agua que hagan estos monitoreos, estos estudios del agua”, dijo.

‘Tu cuerpo lo elimina’

Pese a que la Organización Mundial de la Salud alerta sobre los riesgos que existen por el consumo de agua con arsénico por encima de la norma oficial, Eduardo Modesto Vázquez Álvarez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria III, aseguró que con el paso del tiempo el cuerpo se va a acostumbrando a las pequeñas dosis del metal, las cuáles incluso alcanza a degradar.

A decir de Jumapa, en Celaya tienen detectados 10 pozos en 7 comunidades donde el agua supera los niveles de arsénico permisibles. Según cifras del INEGI estas comunidades en conjunto tienen una población de más de 22 mil personas.

Aunque al principio se extrañó cuando se le preguntó sobre la coordinación entre la Jurisdicción Sanitaria, la Comisión Nacional del Agua y el Municipio para disminuir los efectos del arsénico, comentó que a ellos les toca vigilar si hay pacientes en riesgo, sus consecuencias como cáncer de la piel, problemas gastrointestinales, pero que hasta la fecha no tenían ningún deceso o notificación de algún paciente con niveles de arsénico en sangre.

“Tu empiezas a tomar arsénico desde que eres bebé en pequeñas cantidades, tu cuerpo se va acostumbrando a esas pequeñas cantidades, tu cuerpo lo alcanza a degradar y no hay ningún problema si esa cantidad de arsénico sube un poco, tú mismo cuerpo se encarga de irlo eliminando de ir procesándolo y no te pasa nada”.

Argumentó que a veces son las mismas personas las que evitan que se potabilice o clore el agua porque ya están acostumbrados a ella.

“El agua que trae arsénico se siente más pesadita, tú te la tomas y la sientes pesadita la dejas de tomar y se siente ligera, muchas veces la gente te dice no, mi agua de toda la vida es esta, quiero mi agua pesada, no la quiero ligera”.

“Muchas veces la Presidencia Municipal tiene el problema que quiere poner una planta potabilizadora y dicen no, aquí no la pone porque es mi agua, es la que he tomado toda la vida y no nos ha pasado nada”.