México.- Un investigador de la Facultad de Metalurgia de la Uadec en Monclova, Coahuila, desarrolla un proyecto sustentable que ayudará a evitar la contaminación de los residuos minero-metalúrgicos y usarlos para el tratamiento de aguas.

En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el doctor Francisco Raúl Carrillo Pedroza señaló que los residuos mineros metalúrgicos son los más dañinos para el medio ambiente, por lo que se buscan alternativas para evitar que contaminen las regiones donde se encuentran.

Por otro lado, el especialista dijo que el agua es un recurso vital para la vida y en las zonas áridas su importancia es notable, pues para entregar agua potable a la población en México se emplean 742 plantas que potabilizan 94.8 metros cúbicos por segundo.

Carrillo Pedroza mencionó que al igual que la población la industria requiere agua para su desarrollo con el costo que representa la generación de residuos, ya que se calcula que la industria genera 210.3 metros cúbicos por segundo de aguas residuales de los cuales solo se trata 29 por ciento.

Por ello, dijo que en la región centro y carbonífera se tienen de manera constante dos necesidades: obtención de agua y tratamiento de residuos industriales de la industria minera y metalúrgica.

Ante estas problemáticas, Carrillo Pedroza generó el proyecto “Uso de residuos minero metalúrgicos en tratamiento de aguas”, el cual busca utilizar de manera sustentable residuos o subproductos de la industria como las cenizas volantes de la combustión de carbón.

También subproductos de la industria siderúrgica como polvos que salen en los gases de los procesos de altos hornos y tienen algunas características físicas químicas que permiten utilizarse como materiales absorbentes para el tratamiento de aguas contaminadas.

“Se realizan algunas pruebas exponiendo estos residuos a aguas contaminadas con arsénico, con aguas reales de pozos, presas, y estos residuos han removido más de 99 por ciento del arsénico y también hemos removido en soluciones sintéticas plomo, cobre y cromo”, detalló Carrillo Pedroza.

El investigador añadió que hay varios subproductos y residuos que son confinados sin uso alguno y que están a la espera de que se puedan usar y reciclar.

“Por un lado se busca reciclar esos residuos y hacerlos útiles y, por otro lado, reciclar el agua que cada vez está más escasa, más contaminada y recordar que entre más profunda es el agua está más contaminada”, abundó.

La importancia del proyecto radica en que hay muchas tecnologías para el tratamiento de agua, pero la diferencia de este proyecto es que se usaría un residuo que está de cierta forma “tirado” y a bajo costo para limpiar el agua.

El proyecto continúa en desarrollo con el análisis para ver cómo tratar el residuo para volver a reciclarlo y recuperar los metales pesados.

“La vida en el desierto implica una constante adaptación al medio para su supervivencia, aunque la prioridad para una mejor calidad de vida debe ser el cuidado del agua y el medio ambiente, desarrollar innovaciones científicas y tecnológicas aportará siempre una opción más para el desarrollo sustentable en las zonas áridas”, resaltó el investigador.