El gobierno boliviano efectúa hoy un inventario de las aguas subterráneas del país, en las cuales incluye a los disputados manantiales del Silala, ubicados en el noroccidental departamento de Potosí.
Comenzamos con la contratación de los profesionales, es un proceso largo que incluye trámites administrativos (...)
El Silala es parte de este inventario, aparte de ser un manantial de alta calidad corresponde al patrimonio nacional, explicó a periodistas la ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira.
La titular reconoció que el procedimiento será complejo, pero servirá para elaborar estrategias y políticas públicas sobre el aprovechamiento y racionalización del vital líquido. Anticipó que el levantamiento de información se dividirá por secciones y fases, además, se identificará las zonas de estudio.
En junio, el viceministro de Recursos Hídricos y Riego, Carlos Ortuño, adelantó que una institución de investigación europea realizará el estudio de las cuencas subterráneas nacionales y priorizará el suroeste, principalmente al Silala.
El presidente Evo Morales pidió en marzo a las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Agua elaborar un registro de todos los recursos hídricos subterráneos de Bolivia para evitar que sean usadas ilegalmente.
Las aguas del Silala abastecen sin contraprestación alguna desde hace más de 100 años a varias ciudades y empresas mineras del norte de Chile.
De acuerdo con diversos estudios, cada segundo pasan al lado chileno 180 litros del vital líquido. Según Santiago, el Silala es un río internacional que atraviesa la frontera común, mientras Bolivia mostró que los surtidores fueron desviados al territorio vecino a inicios del siglo XX mediante canales artificiales.
El asunto se encuentra en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya que deberá decidir sobre el reclamo de La Paz a ejercer su derecho soberano sobre el recurso natural.
De acuerdo con La Paz, las aguas del Silala son de origen fósil y comienzan a dar muestras de agotamiento, por lo cual debe regularse su uso ante las amenazas ambientales que supone su extinción para el ecosistema.