En el resto del área centroamericana, los especialistas alertan que están a punto de entrar en una situación de "presión hídrica" por la insuficiente provisión de agua y la extinción de las principales fuentes de abastecimiento.

El suministro de agua será crítico este año, tal y como lo han adelantado los expertos y los funcionarios del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA).

En el caso específico de los capitalinos, se ha advertido que el vital líquido no será abastecido cada tres días, sino cada cuatro días, con un tiempo de servicio mucho menor al del año anterior.

El nivel actual de la represa “La Concepción” es del 68 por ciento de su capacidad, mientras que el embalse “Los Laureles” está un 20 por ciento debajo de su grado máximo de captación y la fuente de El Picacho ha caído estrepitosamente.

La menguada disponibilidad de agua en la capital se reducirá aún más cuando entre en toda su plenitud la época de verano, un fenómeno que repercutirá con mayor intensidad en el resto de las zonas del país, sobre todo las ubicadas en el corredor seco.

Como corresponde a un fenómeno de magnitud mundial, el resto de los países de Centroamérica tienen marcados pronósticos sombríos respecto a los efectos de “El Niño” sobre el recurso agua.

En Guatemala, los especialistas señalan que la disponibilidad de agua en aquel país se reduce conforme la época de lluvia se va extinguiendo y el patrón de precipitaciones se vuelve errático.

Sólo en las áreas metropolitanas guatemaltecas, se estima que cerca de 400,000 familias sufren escasez del vital líquido y de racionamientos aleatorios.

En El Salvador, los especialistas le han colocado dentro de los países que podrían enfrentar un estado de “tensión hídrica”, que es cuando el suministro no alcanza el mínimo anual de 1,700 metros cúbicos de agua potable por persona.

Hace cinco años, el número de personas afectadas por la deficitaria provisión de agua llegaba a medio millón únicamente en la capital, San Salvador, un porcentaje que a este tiempo debió haberse duplicado, según los expertos.

No menos difícil es la situación por la que atraviesan los nicaragüenses, pese a que esta nación posee el mayor número de fuentes de agua dulce de América Central.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), calcula que cerca del 80 por ciento de los hogares pobres no tiene acceso al servicio y para rematar son el sector poblacional más atacado por enfermedades relacionadas con la falta de agua potable.

El año pasado, la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL), le dio prioridad a los trabajos de extracción de 127 millones de metros cúbicos de agua para abastecer a más de 600 mil familias, pero el desabastecimiento en los barrios y colonias es un problema de nunca acabar.

Y en Costa Rica, debido al cambio climático la disponibilidad de agua cae aceleradamente, en tal grado que para dentro de cinco décadas se proyecta que las fuentes de parques nacionales y refugios de vida silvestre bajará en un 85 por ciento.

A partir de tales proyecciones, los especialistas y autoridades costarricenses destacan que el principal reto es concienciar a la población que el problema actual del agua será irreversible en pocos años si no se toman acciones ahora mismo.

La falta de suficientes recursos hídricos en todo el mundo afecta a cerca de 3,000 millones de personas durante al menos un mes cada año y uno de cada diez habitantes no tiene acceso a fuentes seguras.