El Plan Hidrológico Nacional obliga a tener plan de emergencia en todos los núcleos de más de 20.000 habitantes

Tuberías 'de gruyer' en plena sequía

El Govern pacta la 'ley seca' con los municipios

Ni una gota de agua en la Font de la Vila

Sólo el Ayuntamiento de Mahón cuenta con el plan de emergencia contra sequías que la legislación estatal y autonómica prescribe para los núcleos de más de 20.000 habitantes. Aunque en el caso de Baleares hasta 12 municipios rebasan esa marca poblacional, únicamente el consistorio menorquín cumple con lo estipulado en la normativa.

Ni siquiera Palma -de largo el municipio balear de mayor volumen de población- ha encontrado un hueco para abordar esta iniciativa legislativa pese a que dicha obligatoriedad figura desde 2001 en el Plan Hidrológico Nacional. El artículo 27 de la Ley 10/2001 del 5 de julio del Plan encomienda la responsabilidad de disponer de plan de emergencia contra sequías a todas las administraciones públicas con sistemas de abastecimiento de agua que atiendan a una población igual o superior a 20.000 habitantes, bien sean éstos permanentes o estacionales. El Plan Hidrológico de Baleares actualmente en vigor -aprobado en 2015- contempla igualmente esta disposición, ya presente de todos modos en el Plan Hidrológico de 2013, del cual se considera heredero.

Además de Palma, otros cinco ayuntamientos mallorquines (Calvià, Manacor, Llucmajor, Inca y Marratxí); otros cuatro ibicencos (Sant Josep de Sa Talaia, Sant Antoni de Portmany, Santa Eulàlia y Eivissa) y Ciutadella en Menorca tienen pendiente elaborar y aprobar sus propios planes municipales para enfrentar situaciones como la que se está viviendo este año, con los embalses al 30% de su capacidad y el Govern desarrollando una campaña para anticiparse a los problemas que puede ocasionar la acuciante falta de lluvias.

La Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern ha convocado a alcaldes y regidores a una reunión el próximo jueves 4 con el objetivo de consensuar estrategias conjuntas para abordar la actual situación de sequía. Entre las cuestiones a tratar se incluirá precisamente la de la necesidad de redactar los planes de emergencia en los municipios obligados por la ley.

La idea es que los planes municipales sean una reproducción en miniatura del plan autonómico, cuyas directrices figuran en el Plan Hidrológico: el incremento de los niveles de producción de desalinizadoras o las restricciones en el uso de agua, por ejemplo, son algunas de las medidas contempladas en el reglamento autonómico.

Según la directora general de Recursos Hídricos, Joana Maria Garau, la idea es «dar una pequeña explicación a los responsables municipales de qué es lo que deben hacer», poniendo como ejemplo precisamente aMahón, donde «ya se han puesto a trabajar en este sentido».

De hecho y antes que nada, el Govern solicitará a los ayuntamientos que colabore en el plan de choque dictando bandos y/u ordenanzas restringiendo el consumo. Asimismo, se colaborará para llevar a cabo campañas de concienciación ciudadana. Garau manifiesta al respecto que «no hacen falta grandes campañas publicitarias», por lo que se trasladará a los responsables municipales la idea de que deberán regular el consumo del agua en los propios edificios consistoriales «para dar ejemplo a la ciudadanía».

Por otra parte, el Ejecutivo autonómico también pondrá sobre la mesa su disposición a prestar apoyo técnico y financiero a los municipios para la reparación de las redes de suministro de agua que sufren pérdidas importantes.

Según los datos que maneja el Govern, las roturas en las tuberías son las responsables de la pérdida de hasta el 27% del suministro del arhcipiélago, cuando el Plan Hidrológico de Baleares fija en el 30% el porcentaje máximo de pérdidas admisible.

Según explica la directora de RRHH, su departamento dispone de tablas con estimaciones de los volúmenes de agua desperdiciada en base a datos suministrados por los propios ayuntamientos. La intención es dotar a los consistorios de las herramientas necesarias para detectar las fugas y determinar su localización concreta. En este sentido, la antigüedad de las redes juegan un papel fundamental; no sólo por el hecho de que unas estructuras de mayor antigüedad habrán sufrido más desgaste, sino también porque las redes más modernas son más fáciles de inspeccionar debido a que están sectorializadas, es decir, divididas en tramos. De este modo, «es mucho más sencillo hacer balances si éstos son por tramos, usando por ejemplo mecanismos de escucha de cañerías».

Medidas contra la sequía

• Usos. Entre las actuaciones que enumera el Plan Hidrológico de Baleares de 2015 contra la sequía se cuenta el cambio de usos, de modo que la Administración podría autorizar el paso de un uso agrícola a uso de abastecimiento poblacional si fuera menester.
• Desalinizadoras. La declaración de sequía conlleva un incremento máximo del nivel de producción de las plantas desalinizadoras -así como el uso de las reservas- a fin de dar respuesta a las necesidades de la población.
• Residuales. Actividades como limpieza de calles, riego de parques y jardines y otros usos similares que no requieran agua de mayor calidad se llevarán a cabo con aguas residuales.