Un grupo de compañías estadunidenses anunciaron hoy una donación de 6.5 millones de botellas de agua para atender las necesidades diarias de 10 mil niños de la comunidad de Flint, Michigan, afectada por una grave contaminación de agua.

La crisis comenzó en abril de 2014, cuando para ahorrar dinero, las autoridades de Flint cambiaron su fuente de abastecimiento de agua, que provenía de Detroit, para comenzar a obtenerla del río Flint.

Las compañías Walmart, Coca-Cola, Nestlé y PepsiCo informaron en un comunicado conjunto que la donación, equivalente a 176 camiones, deberá cubrir las necesidades de 10 mil niños hasta el final del ciclo escolar.

"Tenemos el orgullo de usar nuestras fuerzas para ayudar a las comunidades como Flint en tiempos de crisis, como lo hemos hecho en todo el mundo en momentos de necesidad", dijo Dan Bartlett, vicepresidente ejecutivo de Asuntos Corporativos de Walmart.

Esa empresa informo que ya había donado antes 14 camiones de agua, o 504 mil botellas y unos mil 800 filtros de agua a la comunidad Flint.

"Estamos trabajando para garantizar que los niños de Flint, los ciudadanos más vulnerables de la ciudad, tengan acceso al agua potable", indicó.

Las compañías exhortaron a otras a apoyar a la comunidad Flint trabajando con la organización Good360, que gestiona la donación de excedentes de empresas para obras de caridad.

"El acceso al agua potable es un derecho humano básico", dijo en el comunicado Tony West, vicepresidente ejecutivo de Asuntos Gubernamentales de PepsiCo.

La crisis provocada por la contaminación del agua en Flint, una comunidad de 100 mil habitantes, ha sido declarada como una emergencia de salud pública por los tres niveles de gobierno.

Los residentes reportaron que el agua proveniente del río Flint tenía mal olor, estaba turbia o causaba problemas de salud como erupciones en la piel y pérdida de cabello, al bañarse con ella.

En octubre de 2014, la compañía automotriz General Motors anunció que dejaría de utilizar el agua del río Flint en sus plantas, después de que los trabajadores advirtieron que el agua corroía las piezas de los motores.

Casi un año después, en septiembre de 2015, investigadores de la Universidad de Virginia Tech determinaron que el agua del río Flint era 19 veces más corrosiva que el agua de Detroit y estimaron que una de cada seis casas tenía altos niveles de plomo.

En octubre de 2015, luego de que se localizaran altos niveles de plomo en los bebedores de tres escuelas públicas de Flint, el gobernador de Michigan, Rick Snyder, anunció que la ciudad volvería a abastecerse de agua de Detroit.

Sin embargo, para entonces algunos residentes ya habían estado bebiendo el agua del río Flint durante 19 meses y la red de tuberías de la ciudad había sido dañada por transportar agua corrosiva a lo largo de ese tiempo.

Los investigadores encontraron niveles elevados de plomo en el suministro de agua de Flint y reportaron que análisis de sangre de sus residentes habían revelado que la contaminación por plomo casi se había duplicado y triplicado en los niños menores de cinco años.

El 5 de enero pasado, el gobernador Snyder declaró el estado de emergencia para el condado de Genesee, que abarca toda la zona urbana de Flint.

La Oficina del Procurador Federal para el Este de Michigan inició entonces una investigación sobre el manejo de la crisis por parte de los funcionarios de la ciudad y del estado.

Tras decretarse el estado de emergencia, las autoridades de salud recomendaron a los residentes de Flint consumir sólo agua embotellada. La Guardia Nacional de Michigan comenzó a distribuir filtros de agua y agua embotellada a los hogares de Flint.

El presidente Barack Obama declaró el estado de emergencia federal, lo que permitió liberar cinco millones de dólares en ayuda federal.