Las lluvias asomaron finalmente en Bolivia, aunque con gran retraso, rompiendo la peor sequía en 25 años, que ha impactado la actividad agrícola, con miles de pequeños productores lamentando la muerte de ganado y mirando languidecer sembradíos, y el gobierno organizando acciones de emergencia.
“Hoy (29 de noviembre) ha habido el primer chubasco y ha hecho correr agua por los canales de riego”, exclamó a IPS con voz llena de esperanza Jaime Mendieta, el alcalde del municipio de Pasorapa, un valle agrícola ubicado sobre los 2.000 metros sobre el nivel del mar, en el central departamento de Cochabamba.
Casi simultáneamente, el productor de frutas y hortalizas Nué Morón anunció a IPS que las lluvias llegaron el lunes 28 a su región, Saipina, un municipio de los valles del suroriental departamento de Santa Cruz, con elevaciones de entre 928 a 2.540 metros sobre el nivel del mar.
Tanto Mendieta como Morón han sido testigos de una temporada agrícola que comenzó en noviembre de 2015, con niveles de lluvias muy bajos y con meses escasos de producción de alimentos y forraje para el ganado, en una sequía que los especialistas achacan al fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur.
Las pérdidas en las zonas productoras de alimentos de Bolivia, que en su totalidad fueron afectadas por la sequía, están estimadas hasta ahora en 500 millones de dólares, por los efectos de la sequía en unas 207.000 hectáreas de diversos cultivos y la muerte de unas 277.000 cabezas de ganado.
En este país enclavado en el centro de América del Sur, de 10,9 millones de habitantes, de los que casi 33 por ciento vive en áreas rurales, el sector agropecuario aporta 10 por ciento del producto interno bruto, según datos oficiales del segundo trimestre de este año.
La situación es “un tanto crítica” reconoció a IPS el responsable de la Unidad de Contingencia del Ministerio de Desarrollo Rural, Franklin Condori.
Puntualizó que unos 50 municipios de la zona altiplánica de los departamentos de Oruro, Potosí, Chuquisaca y La Paz, solicitaron ayuda en forraje, productos veterinarios y bebederos para animales.
“Las lluvias se han desplazado al océano Pacífico con patrones de circulación que no fueron normales”, resumió para IPS la jefa de la Unidad de Pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, Marisol Portugal.
El análisis indica que las regiones altiplánicas de los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y parte del valle boliviano sufrieron un grave déficit de precipitaciones pluviales.
“Se esperaban lluvias en el nivel de los 46,3 milímetros (a razón de un milímetro de agua por cada metro cuadrado), pero llovió sólo 25,4 milímetros. Esperamos que en diciembre ascienda hasta 83 milímetros”, remarcó.