Inmerso en la zona urbana de Ensenada, a pocos metros del centro comercial más concurrido de la ciudad, como es la Macro Plaza del Mar, se encuentra el humedal costero de agua dulce conocido como La Lagunita del Ciprés, un sitio desaprovechado.
Se trata de un espacio natural único en su tipo, por su riqueza en biodiversidad y los servicios ambientales que brinda, que de ser desarrollado de manera sustentable, pudiera representar un ejemplo nacional de parque estatal, sin embargo, la mayoría de los habitantes lo desconoce, es considerado un terreno baldío y existe poca conciencia de los servicios vitales que proporciona.
La Convención de Ramsar define a los humedales como superficies con espejos de agua tanto naturales como artificiales, permanentes o estacionales, dulces, salobres o salados; en el que se incluyen también a las extensiones de agua marina cuyas profundidades en bajamar no sobrepasen los seis metros.
Según este mismo organismo internacional, la importancia de los humedales radica en que prestan servicios tales como la biodiversidad, el abastecimiento de agua, la depuración del agua, la regulación del clima y de las inundaciones, la protección del litoral, fibras útiles, inspiración espiritual, cultural y turismo.
La mayor parte del agua que se extrae y se utiliza en el mundo procede de los humedales.La Lagunita
En el caso de La Lagunita del Ciprés, su importancia radica en que brinda una variada gama de servicios ambientales para Ensenada; desde el punto de vista biológico y natural, es una zona de refugio, alimentación, reproducción y anidación para una amplia diversidad de aves residentes y migratorias, pues se han registrado hasta 90 especies distintas de manera frecuente, de las cuales algunas se reproducen en la zona.
Además, gracias a su cercanía con las dunas y a su vegetación nativa, sirve como barrera natural contra actividades oceánicas por eventos meteorológicos; absorbe y retiene agua dulce, tan importante para una ciudad que carece del líquido en muchos hogares.
En el aspecto social representa una zona de recreación alternativa, con un paisaje sumamente atractivo y cercano a la zona urbana; también puede ser un área propicia para educación ambiental, ya que sirve como ejemplo de conservación y complementa lo que los estudiantes aprenden en clase, siendo un ejemplo práctico de los ciclos de la vida.
Desde la perspectiva económica La Lagunita puede ser una alternativa de turismo no destructivo, como pueden ser las visitas guiadas para la observación de aves, una actividad muy demandada en Estados Unidos y que pudiera representar una opción atractiva para los visitantes de crucero, por su cercanía con el puerto de Ensenada, ya que en una visita corta se pueden observar hasta 20 especies de aves distintas; esto representa una alternativa para evitar la destrucción de dunas por la renta de vehículos motorizados.
El agua que llena La Lagunita proviene básicamente de la lluvia, no sólo de la que cae directamente en la zona, sino de la que viene desde la cuenca, de los cerros cercanos; el vital líquido va escurriendo por pequeños riachuelos o arroyitos y forma el que nutre a nuestro humedal costero, de ahí la importancia de no afectar su cauce natural.
En La Lagunita podemos encontrar aves acuáticas, residentes y migratorias; también gansos, patos, garzas, aves playeras y rapaces, incluso correcaminos.
Además de las aves hay conejos, liebres, pequeños roedores, reptiles, una gran diversidad de insectos y especies vegetales como el tule, junco o carrizo.Día de los humedales
Cada año, desde 1971, se conmemora el 2 de febrero como Día Mundial de los Humedales, como resultado de la Convención de Ramsar, aprobada en ese mismo año.
Se trata del primer acuerdo multilateral sobre el medio ambiente (AMMA) que se firmó a escala mundial, celebrado en Ramsar, Irán.
Su misión es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, nacionales e internacionales, para lograr un desarrollo sustentable en todo el mundo.
Los humedales están entre los ecosistemas más diversos y productivos. Proporcionan servicios esenciales y suministran toda nuestra agua potable. Sin embargo, continúa su degradación y conversión para otros usos.
La Convención de Ramsar aplica una definición amplia de los humedales, que abarca todos los lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras zonas costeras, arrecifes coralinos, y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, reservorios y salinas.
Las Partes Contratantes, siendo México una de ellas, se comprometen a trabajar en pro del uso racional de todos los humedales de su territorio; designar humedales idóneos para la lista de Humedales de Importancia Internacional (la "Lista de Ramsar”) y garantizar su manejo eficaz; así como cooperar en el plano internacional en materia de humedales transfronterizos, sistemas de humedales compartidos y especies compartidas.
Para lograr esta misión es esencial que las funciones y los servicios vitales que los ecosistemas proporcionan a las personas y a la naturaleza sean plenamente reconocidos, mantenidos, restaurados y utilizados de forma racional.
La Convención concluyó en 2005 que los humedales continentales y costeros estaban desapareciendo a un ritmo mayor que el de ningún otro ecosistema. Se ha determinado que los motores indirectos principales de esta degradación y pérdida son el aumento de la población y el cambio en las actividades económicas, mientras que los principales motores directos son el desarrollo de infraestructuras, la conversión de tierras, el uso del agua, la contaminación, la extracción excesiva, la sobreexplotación de los recursos de los humedales, el cambio climático y las especies exóticas invasoras.
En Ensenada, desde marzo del 2013 existe un estudio previo justificativo para la creación de La Lagunita como parque estatal, lo que garantizaría su conservación como área natural protegida, desde entonces, autoridades, académicos y organismos de la sociedad civil mantienen reuniones para conseguirlo.Cuidémosla
La Lagunita es un laboratorio natural que pudiera ser mejor aprovechado con fines científicos, educativos, culturales, recreativos y hasta económicos, pues si se desarrolla de manera sustentable se pueden realizar actividades de investigación.
También recorridos guiados con niños estudiantes de diversas escuelas; la contemplación, observación y registro fotográfico de distintas especies que, al igual que nosotros, forman parte de nuestro entorno natural y la posibilidad de visualizarlo como un parque estatal, que sirva como opción de recreación sana para las familias ensenadenses y bajacalifornianas.
La Lagunita podría contar con desarrollo de infraestructura de bajo impacto, para brindar diversos servicios a los visitantes y de esta manera utilizar el espacio y protegerlo.
Si quiere escapar del bullicio citadino y descansar en un lugar silencioso donde pueda reflexionar y tener contacto con otros seres vivos en su entorno natural, visite y conozca La Lagunita, de esta manera contribuirá a su conservación.
Recuerde, en la zona urbana de Ensenada tenemos un humedal, el último en su tipo, conozcámoslo, valorémoslo y cuidémoslo.
La Lagunita del Ciprés está ubicada en avenida Pedro Loyola entre las calles Hierro y Huerta.