Guillermo Martínez, ecologista, indicó que un acuerdo no resuelve el problema de la contaminación generada por comercios de giro turístico en la zona.

El ecologista Guillermo Martínez Berlanga criticó que autoridades locales y federales firmaran un convenio para reglamentar los niveles mínimos permisibles para la presa de La Boca, cuando estos son factores naturales que ellos no pueden controlar.

"Primero que nada hay que cumplir una norma es una norma mexicana y una norma internacional para manejar un deposito primario de agua potable como es la presa de la boca no puede estar haciendo ni convenios ni acuerdos y se rompe la norma. "Ponen el peligro la salud de todo el pueblo de Nuevo León la presa de la boca como un deposito primario de agua potable tienen que hacerle por lo menos un par de estudios bioquímicos y de heces fecales al día por lo menos, para ver si estamos cumpliendo la norma mexicana de cómo se maneja un depósito de agua potable", refirió.

"Las embarcaciones que están ahí en la presa de la boca cuántas contaminan qué estudios tienen qué normas tienen cuántos hidrocarburos qué cantidad de hidrocarburos arrojan al agua esos motores viejos y descompuestos que tendría que tener un control hermético para que no contaminen: un litro de aceite puede contaminar hasta 100 mil litros de agua. "Hay descargas de heces fecales yo he contado en la parte norte de la presa por lo menos 300 descargas de casas de particulares", agregó en entrevista telefónica.

Reiteró que se trata obligaciones reales que deben de cumplir todas las autoridades en su ámbito de competencia, Conagua, Agua y Drenaje y el Ayuntamiento, en conjunto. Por lo que consideró que un acuerdo no resuelve el problema de la contaminación a la presa generado por comercios de giro turístico en la zona. "Ni siquiera depende de ellos o sea están haciendo el ridículo qué pasa si mañana llueve 100 milímetros arriba de la boca (...) y si hay una sequía prolongada ¿qué va a pasar? se va a desaparecer", dijo.