Especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) instalaron sensores en pozos de agua del Valle de Guadalupe para monitorear los efectos de la última temporada de lluvias en acuíferos.

El Valle de Guadalupe es una región vitivinícola localizada en Baja California, entidad que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), concentra 87 por ciento de las 207 empresas vitivinícolas del país y su producción se centra en vinos tintos y blancos.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Rogelio Vázquez González, investigador del Departamento de Geofísica Aplicada del CICESE, explicó que los siete sensores instalados en igual número de pozos del valle registraron el comportamiento del acuífero en la temporada de lluvias que comprendió de noviembre de 2016 a marzo de 2017.

Explicó que los sensores fueron programados para que tomaran una lectura del nivel del agua cada cinco minutos, información que después fue transferida a equipos de cómputo y se encuentra en análisis.

El monitoreo de los pozos del Valle de Guadalupe, con sensores que están disponibles comercialmente, se ha realizado desde hace tres años para registrar el abatimiento del nivel del acuífero, tendencia que tuvo un cambio en la última temporada.

Los siete sensores instalados en igual número de pozos del valle registraron el comportamiento del acuífero en la temporada de lluvias que comprendió de noviembre de 2016 a marzo de 2017

Presión y temperatura

Los datos obtenidos a través de los sensores se combinan con los registros de estaciones meteorológicas para obtener información relativa a temperatura, precipitación y nivel de agua en los acuíferos, lo que ofrece un panorama más completo en torno a la interacción de agua de lluvia y recarga.

El doctor Rogelio Vázquez comentó que el sensor es un traductor de presión que, dependiendo de la columna de agua que tiene encima, recoge los datos de presión y temperatura del agua en el intervalo para el que sea programado por medio de una interfaz por computadora.

“Los tenemos programados para que tomen una lectura cada cinco minutos, lo que hacemos es que vamos nuevamente al campo, extraemos los sensores, los conectamos a la computadora, bajamos la información y los volvemos a instalar”, detalló.

Análisis cuantitativo

Los datos antiguos recabados con el monitoreo por sensores han evidenciado la disminución en los niveles de los pozos provocada por la escasa precipitación registrada en los últimos años en la región.

El doctor Rogelio Vázquez destacó que en la última temporada de lluvias la situación cambió, pues se registraron precipitaciones por el orden de los 400 milímetros, en contraste con los 100 a 150 milímetros que se tuvieron en años anteriores.

“Sabemos que hay una recuperación porque hubo precipitaciones importantes, lo vemos en los arroyos y cualitativamente podemos decir que estamos mejor”, adelantó el investigador.

Sin embargo, precisó que lo que permitirá el análisis de datos recabados por medio de sensores es cuantificar, es decir, medir exactamente cuánto se recuperó el acuífero, cómo fue el proceso y cuál es la relación entre el agua que llovió y la recarga del acuífero.

Colaboración con vitivinicultores

Rogelio Vázquez comentó que la instalación de los sensores se realiza en colaboración con el Comité Técnico de Aguas Subterráneas (Cotas) del Valle de Guadalupe.

“La instrumentación es de los agricultores, del Cotas, nosotros hemos hecho la capacitación, la asesoría y la calibración de los instrumentos para que esto se esté llevando a cabo”, refirió el investigador.

Resaltó que por parte del CICESE se sigue la línea de investigación sobre agua subterránea y la interacción con el Cotas facilita la interfaz con los usuarios y el desarrollo de este tipo de proyectos.

“A nosotros nos sirve como investigación y como tema de tesis de nuestros estudiantes y para los vitivinicultores son datos muy útiles para la toma de decisiones”, finalizó.