Ríos y presas de Oaxaca han rebasado en este año sus niveles históricos de volumen de agua.
Mientras que dos de las cuatro principales presas de la entidad excedieron el cien por ciento de su capacidad, los ríos que atraviesan a la capital, durante este mes, han fluido amenazantes hacia su nivel crítico.
Estas condiciones no se habían presentado en la entidad desde el 2010, cuando la mayoría de los afluentes y almacenamientos de agua se vieron saturados por las lluvias desprendidas de las tormentas tropicales Frank y Matthew, cuyo saldo fue de más de 90 mil damnificados en municipios como Juchitán, Xadani, Unión Hidalgo, Espinal, Ixtepec, Ixtaltepec, Santa María y San Francisco del Mar, San Dionisio del Mar, Ingenio Santo Domingo y Niltepec, entre otros.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el comportamiento que se observa en este 2017 es similar a lo ocurrido en el 2010 cuando previamente se registraron dos años consecutivos de grave sequía.
En esta ocasión pasa algo similar. La entidad venía de un periodo largo de sequía que desplomó a sus niveles críticos el almacenamiento de agua en la presa Benito Juárez y dejó secos los ríos.
A inicios del presente año, había sequía en 74 por ciento de los municipios de Oaxaca. La llegada de las lluvias a partir de mayo le dio la vuelta al escenario. Actualmente la entidad se ubica entre las más lluviosa de México principalmente por los efectos ocasionados por las tormentas tropicales Beatriz, Calvin, Max, Pilar, y los desprendimientos nubosos de Norma. Los volúmenes
Hasta ayer miércoles, el monitoreo de la Conagua reportó que la presa Miguel Alemán estaba al 62.7 por ciento de su capacidad; la Miguel de la Madrid al 69 por ciento; Benito Juárez en un 106.2 por ciento; y Yosocuta 103.9 por ciento.
Mientras que en el caso de los ríos el monitoreo a las 15:00 horas, indicaba que el río San Felipe estaba al 27.7 por ciento de su valor crítico; el río Salado al 52.36 por ciento y el río Atoyac al 53.54 por ciento
En la última semana, los ríos Atoyac y Salado han alcanzado al menos en dos ocasiones sus niveles críticos y con ello dejado daño en zonas de cultivo y habitacionales.
El río San Felipe, en tanto, consiguió su nivel crítico de 1.80 metros el pasado sábado 23 de septiembre lo que ocasionó el desborde en el paraje conocido como la Chigulera.
Por estación hidrométrica, la mayor precipitación ocurrida entre el 26 y 27 de septiembre fue en Jacatepec en la cuenca del Papaloapam; sin embargo por región, el Istmo de Tehuantepec tuvo mayor precipitación principalmente en las estaciones de Unión Hidalgo, Tehuantepec, San Blas Atempa, Juchitán, Las Pilas y Ostuta. Mientras que la menor precipitación se dio en los Valles Centrales en Oaxaca capital.