Oaxaca.- En el último año, ocho purificadoras de agua han sido clausuradas por dar positivo a residuos fecales en el producto final, confirmó el director de Regulación y Fomento Sanitario de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Mario Martínez Rojas.
En entrevista con NOTICIAS, el funcionario detalló que de los 300 establecimientos revisados, a cuatro les aseguraron sus productos, 29 fueron destruidos, 28 temporalmente suspendidos, 75 fueron sancionados, ocho clausurados y 34 presentaron diversas irregularidades.
Las sanciones fueron tomadas con base en la Norma Oficial Mexicana 201-ssa1-2015, que regula y establece las medidas sanitarias de venta y distribución de hielo y agua para consumo humano.
Proceso
Para que un litro de agua quede libre de algún contaminante, debe pasar por cinco filtros básicos, explica el doctor en Ciencias, Héctor Bernardino Hernández, de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
“Tenemos un filtro de lecho profundo que es donde se acumulan las partículas más grandes, luego pasa por un filtro de carbón activado donde quedan las partículas que pueden ser a nivel de iones, después el suavizador, que termina por quitarle excedentes minerales y pasa al proceso de recirculación y aquí se queda una gran cantidad de sólidos que están disueltos o suspendidos”.
Para completar el ciclo de limpieza, el líquido todavía debe pasar por ósmosis Inversa, cuyo proceso eliminará todos los residuos que no fueron retenidos por los otros cuatro filtros, incluidas las bacterias.
Sin embargo, pocos establecimientos van más allá con el procedimiento. Algunos, por ejemplo, antes de envasar el agua completan el ciclo con luz ultravioleta, incluso con el sistema de ozono.
Agua más limpia
El investigador abundó que en la capital oaxaqueña el líquido más limpio que se comercializa en las purificadoras proviene del valle de Etla; en contraparte el agua más difícil de sanear es la que se encuentra en la zona aledaña a San Antonio de la Cal.
Destacó que únicamente las valoraciones microbiológicas y fisicoquímicas pueden determinar si el agua de pozos, ríos, manantiales o lagos puede ser purificada al determinar el grado hidrométrico (TH), es decir, la dureza de minerales como calcio y magnesio, o la presencia de bacterias.
“La zona de San Antonio de la Cal contiene mayor dureza, tenemos valores de 500, 600 en nivel de dureza. De acuerdo con la norma, está permitido hasta un máximo de 500, sin embargo se consideran como aguas muy duras y eso produce incrustamientos en las tuberías, hay que meterle filtros para eliminar el exceso y aun así es muy difícil reducirlo”.
Una de las maneras prácticas de conocer la calidad de agua embotellada por parte del consumidor es por el mal olor, mal sabor y tipos de color.
Los problemas de salud que puede generar consumir agua mal purificada van desde dolor abdominal hasta salmonelosis.