CUAUTITLÁN, Méx.— Por octava vez durante este año se quedó sin agua potable la unidad habitacional Joyas de Cuautitlán, que alberga cuatro mil 500 viviendas y cuyos colonos prácticamente persiguen a las “pipas” para obtener el líquido.
“Dicen que se descompuso la bomba del pozo. Seguido se descompone, este año van como ocho veces. Estamos muy lastimadas de la espalda, porque no hay otra manera de subir el agua”, relató María Elena Mendoza Aguilar, habitante de calle Sierra Blanca de dicha comunidad.
Agregó que el gobierno municipal envía dos veces al día “pipas” para abastecer de agua a la comunidad, aunque los colonos —en su gran mayoría mujeres y niños— se ven en la necesidad de hacer filas con cubetas y botes para llenarlos y poderlos llevar a sus domicilios.
Araceli Núñez Tovar, de Sierra Diamante, manifestó que “muy seguido nos quedamos sin agua” y el gobierno municipal tarda varios días en la reparación de la bomba.
Explicó que generalmente son las mujeres quienes se encargan de acarrear las cubetas con el agua a las viviendas, razón por la cual muchas de ellas están lastimadas de la espalda o de las piernas, a pesar de que las ayudan sus hijos menores.
Los habitantes de Joyas de Cuautitlán aseguraron que una de sus vecinas enfermó de salmonelosis por haber utilizado el agua de las “pipas” para lavarse la boca, lo que demuestra que el líquido no está limpio.
Agregaron que por lo regular el gobierno municipal envía “pipas” suficientes para distribuir gratuitamente el agua entre la población, aunque ocasionalmente tienen que comprar el líquido a los propietarios de “pipas” particulares, a costo de entre 800 y mil 400 pesos.
Los colonos se organizan para que todos alcancen agua potable y se ayudan a llenar los garrafones de 20 litros, labores en las que participan sobre todo personas de la tercera edad, mujeres y niños.
La Agencia de Seguridad Estatal (ASE) participa en la distribución de agua potable con “pipas” de la corporación.
La unidad habitacional Joyas de Cuautitlán fue construida en terrenos agrícolas, ubicados en una zona de disputa limítrofe entre Melchor Ocampo y Cuautitlán-México.
