México es el primer consumidor de agua embotellada del mundo, luego de que en cuatro años la demanda de los connacionales de este producto ha crecido en 40%, según informes de Beverage Marketing Corporation.

Esto provoca que anualmente se desechen aproximadamente ocho mil millones de envases de plástico, que tardan hasta 500 años en degradarse.

El aumento en el consumo de agua embotellada en nuestro país, tiene que ver con un "boom" a nivel mundial que resalta un éxito en las campañas de marketing, pues de acuerdo con un estudio de la World Wide Fund for Nature (WWF) que explica: "Las campañas han convencido a muchas personas de que el agua embotellada es de mejor calidad, más sana y que, además, supone ascender un peldaño en la escala social".

Sin embargo, se han encontrado algunos químicos en el agua embotellada como bacterias, arsénico y cloro. En ese mismo estudio se detalla que el costo de producir agua embotellada es de 240 a 10 mil veces más que el de producir agua potable, otro punto que hay que tomar en cuenta, si se considera la crisis mundial actual, y la constante inflación de México.

Incluso, el boom del agua embotellada también causa un gran daño ambiental, además del económico. A pesar de que la industria intenta venderla como un producto sano e incluso "verde", los envases están contaminando de manera impresionante el ambiente.

En nuestro país, además, el nivel de consumo del agua "como mercancía", no como derecho humano, tiene de fondo además, que la población desconfía de la red pública de agua potable.

Según datos del mismo informe, las ventas actuales del líquido embotellado en el país son de 26 mil 32 millones de litros al año, de los cuales, se estima, 18 mil 222 millones son comercializados en garrafón y 7 mil 809 millones -30 por ciento- en botellas individuales.

Chris Middleton, Director de la consultora australiana de marketing de bebidas Fountainhead (una de las más grandes en el mundo) señala que en cuestión de 30 años el agua embotellada se ha convertido en la segunda o tercera mercancía que más dinero mueve en el mundo, después del petróleo y el café, y México es entre otros países como China y Estados Unidos, el principal consumidor de agua en esta presentación.

Según estudios del Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRCD siglas en inglés), los impactos del consumo de agua embotellada son amplios, por ejemplo, se han hallado ftalatos (químicos) en los cordones umbilicales de bebés, a causa del consumo de agua embotellada.

Por estas afectaciones, la senadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Claudia Corichi busca que el Senado de la República suspenda la compra de botellas de agua menores de 20 litros y en su lugar se adquiera "únicamente agua purificada en presentación de garrafón retornable de 20 litros".

A través de un punto de acuerdo que será presentado hoy en la sesión del pleno, la perredista busca que se considere en el presupuesto anual de esta Cámara para el Ejercicio Fiscal de 2012, "un apartado presupuestal específico relativo a la instalación de las plantas potabilizadoras de agua que las nuevas Instalaciones del Senado requiera, con la finalidad de eliminar el gasto por la compra de agua embotellada, con la consiguiente contaminación que genera".

En su punto de acuerdo informó que según datos de la A.C. "El Poder del Consumidor" en 2008, la Cámara de Diputados gastó dos millones 190 mil pesos en la compra de agua embotellada, lo que represento una producción de 708,920 botellas de PET, que no fueron canalizadas a ningún sistema de reciclaje. "Con una tercera parte de ese gasto la Cámara de Diputados podría haber instalado una planta potabilizadora de agua con una capacidad de 50 mil litros al día, cubriendo sus necesidades y dejando de generar tal desperdicio".