El Día Mundial de los Humedales se celebra cada 2 de febrero para concienciarnos sobre la importancia del cuidado de estos remansos de agua que juegan un papel clave como áreas de descanso y alimentación para miles de aves en los periodos migratorios. Son sus refugios después de los palizones de viajes que se pegan y un mal uso puede hacer un daño irremediable a muchas especies, algunas en peligro de extinción. Este año, el objetivo es acercar estas maravillas líquidas al público y hacernos ver que pueden ser lugares para visitar y disfrutar gracias a sus hermosos paisajes y las posibilidades que brinda la naturaleza en estado puro y duro.
Los humedales y su vida silvestre constituyen una gran experiencia turística: las posibilidades varían desde visitar los humedales subterráneos kársticos de las cuevas de Skocjan en Eslovenia, hasta experimentar unas imponentes puestas de sol en el Sitio Ramsar de Port Launay en las Seychelles u observar tortugas marinas y ballenas jorobadas en el Parque Abrolhos en Brasil. Pero algo más cerquita de nuestras casas, tenemos la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que podemos conocer este domingo a través de las visitas organizadas por el Centro de Biodiversidad de Euskadi, Torremadariaga.
Virtudes y peligros
El paseo guiado por esta joya natural durará cerca de dos horas. El técnico de Ihobe, Jabi Zabala, explicará las diferentes partes de la marisma y sus usos actuales. El punto de quedada será en la parada del tren de Forua y de ahí, nos dirigiremos hacia la parte alta del humedal, donde se encuentran las zonas más encharcadas, unos terrenos muy llanos que se utilizaron para el cultivo y para el ganado, pero que hoy en día se han ido abandonando. Nuestro guía nos explicará en este punto la terrible consecuencia de esa desatención que ha llevado a que una planta invasora, la llamada Bacaris Animifoia, se haya hecho dueña y señora de esas parcelas.
Pero a todo mal se le puede poner remedio, y el Gobierno vasco está elaborando un plan para erradicarla y regenerar el ecosistema. Ya de vuelta, bordearemos a pie el humedal para llegar de nuevo hasta nuestro punto de partida. Por el camino, podremos observar algunos de los molinos de mareas, ninguno ya en activo, que predominan por la zona. En Urdaibai hay diez, siendo el que mejor conservado el Ozollo Errota en Gauteguiz de Arteaga.
Múltiples actividades
También podría ser el momento de toparse con alguna de las especies que habitan en el humedal. Las marismas costeras en el Cantábrico juegan un papel clave como áreas de descanso para muchas aves que viajan desde el norte de Europa a África, pero el periodo migratorio es en octubre y primavera, y por tanto, en está época será difícil dar con pajarillos como la barnacla carinegra, el cisne cantor, el eider, el águila pescadora o el negrón especulado. Pero el centro de biodiversidad ha preparado más actividades para celebrar tan señalada fecha.
El extenso programa arrancará el sábado 4 con un recorrido guiado por el Pantano Uribarri-Gamboa y el parque ornitológico de Mendixur (10.00 horas. 3 euros); seguirá con un profundo análisis de las especies invasoras que amenazan el humedal (11.00 horas, 3 euros; una ruta en barco por la ría de Mundaka (13.00 horas, 12 euros) y concluirá con un biotaller familiar para que los más peques y sus aitas puedan componer su propio humedal (16.30 horas; 5 euros).
El domingo 5, la celebración se completará con la limpieza voluntaria del arenal de San Cristóbal (10.00 horas, gratis); una exposición de las especies que habitan en otros humedales del planeta (12.00 horas, gratis), y un taller familiar para elaborar llaveros con aves típicas de la marisma (12.30 horas, 2 euros).
