La sequía en Cuba se manifiesta de forma pronunciada con secuelas severas en una parte importante del territorio nacional y los consiguientes daños económicos y perjuicios a la distribución de agua para el consumo humano y otros fines.
Un período de sequía intensa y prolongada afecta al 63% de la superficie del país, sobre todo a la región oriental, a causa de la escasez de precipitaciones durante el primer trimestre del año.
En el 8% de las zonas perjudicadas la aridez es calificada de "severa"; en el 18% "moderada" y en el resto "débil".
Como es lógico, por ese origen aumentaron las dificultades en el suministro de agua potable a decenas de miles de personas y a la agricultura de provincias como las orientales Holguín, Santiago de Cuba, Guantánamo y Camagüey.
Los expertos recordaron que trabajar con niveles tan bajos de agua en los embalses, con calidad diferente, obliga al empleo de más productos químicos y gastos para la potabilización.
Aisladas lluvias se registraron a comienzos de abril en la provincia de Santiago de Cuba, pero no beneficiaron a los reservorios que muestran un panorama nunca visto desde 2004.
Los embalses locales estaban llenos sólo en una tercera parte y fue imperativo redoblar las inversiones como la ejecución de conductoras emergentes, perforación de pozos, distribución de agua en camiones cisterna y la extensión de ciclos de suministro.
Atendiendo a la compleja situación trascendió que han sido evaluadas variantes de lluvia provocada con el empleo de la aviación y erogaciones destinadas a la solución definitiva del abasto de agua a la ciudad de Santiago de Cuba, como la construcción de un trasvase municipal.
En Holguín, desde septiembre del 2014 hasta febrero pasado, el déficit de lluvias superó el 51% de la media histórica en ese periodo, circunstancia que perturbó a más de 32 000 personas.
Cerca de 80 000 habitantes de poblados de la provincia de Granma sufren irregularidades en el servicio de agua potable ante la prolongada aridez.
Más de 500 hectáreas plantadas con posturas de tabaco en las montañas de la central provincia de Villa Clara están maltrechas por la ausencia de lluvias.
Ante tanta resequedad aumenta la amenaza de incendios forestales al ser más peligrosos los descuidos y las quemas para diferentes fines de los campesinos.
Si bien los cubanos han tenido un respiro en el cruce de los ciclones desde 2012, las etapas de aridez se presentan más agudas y obligan a un esfuerzo económico superior y al aumento de las ansias por la proximidad de la temporada lluviosa.
Palabras clave: Abastecimiento de agua; sequía; plantaciones agrícolas.