La adopción de prácticas climáticamente responsables en la agricultura es un reto para toda la región de América Latina y el Caribe, pero que concierne particularmente a aquellos países que sufren los efectos del cambio climático.
Uruguay es uno de ellos, recibiendo el impacto, año tras año de los ciclos de El Niño, elevando la temperatura y favoreciendo períodos de sequía, y la Niña, que suele acarrear lluvias y bajas temperaturas. La resiliencia a estos fenómenos climatológicos es uno de los grandes objetivos del sector agrario en Uruguay, y el Proyecto de Gestión Sostenible de los Recursos Naturales y el Cambio Climático (DACC) busca ser una vía eficiente para lograrlo. Fruto del programa de cooperación de FAO y el Banco Mundial y contando con una inversión de 55 millones de dólares, el DACC ampara iniciativas que fomenten incorporar, por parte de los pequeños productores, prácticas agropecuarias mejoradas, ambientalmente sostenibles e inteligentes en relación con el clima.
Los cuatro componentes del DACC parten de la creación de un sistema de información y apoyo para la toma de decisiones en el sector agropecuario. En segundo y tercer lugar, se abordan las inversiones en establecimientos del sector para lograr una gestión climáticamente inteligente, y se busca un fortalecimiento de las capacidades. La gestión, el seguimiento y la evaluación del proyecto configuran el último de los cuatro componentes.
Erika Felix y Luis Loyola, Oficiales de Apoyo a Inversiones de la FAO, visitaron Uruguay en septiembre como parte de la misión de supervisión del proyecto. El DACC tiene en la gestión del agua una de sus principales líneas de trabajo, y buena parte del proyecto busca intensificar las políticas de producción sostenible en agua. Para ello los oficiales se reunieron con el actual ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, con quien trataron las bases de ampliación financiera del DACC. Mantuvieron también reuniones con el equipo técnico de los estudios hídricos, realizaron visitas de campo e hicieron aportaciones para la ayuda memoria. El proyecto arrancó en 2011 y se espera que continúe al menos hasta mediados de 2018.
