En 2015, el Foro Económico Mundial posicionó el tema del agua como uno de los tres mayores riesgos globales de la economía, ambiente y personas. Las principales ciudades del mundo se enfrentan a retos como la innovación en sus sistemas de agua, el saneamiento y reutilización del líquido, así como la ausencia o el exceso de éste, provocado por el calentamiento global. En todos los casos, el tema de la inversión está presente ante el cuestionamiento de qué ciudades pueden garantizar a todos sus ciudadanos el acceso al agua.

El uso y aprovechamiento del agua es ya uno de los principales retos para las ciudades que buscan posicionarse como sustentables. De acuerdo con el Índice de Agua, un documento elaborado por la Consultoría Internacional Arcadis, las ciudades se enfrentan a dos problemáticas: el desabasto del líquido y el exceso de éste provocado por los climas extremos derivados del calentamiento global.

El Índice evaluó a 50 ciudades con base en tres elementos: la Resistencia, como la capacidad para estar preparado a la ausencia y abundancia de agua; Eficiencia del sistema de producción y distribución, y la Calidad del líquido que llega a los ciudadanos.

En el ranking general, la Ciudad de México ocupó el sitio 43. Es superado por las ciudades asiáticas Yeda, Doha, y Wuhan. Y está por arriba de Río de Janeiro, Johannesburgo, Nairobi, Jakarta, Maila, Bombay y Nueva Delhi.

En el rubro de Resistencia, la Ciudad de México tuvo la mejor calificación y se ubicó en el sitio 22; como señala el documento, la evaluación obedece a qué tan rápida sería la recuperación de la ciudad de una crisis y los planes para las consecuencias del cambio climático, como el hundimiento del suelo, la erosión costera y la urbanización.

En el de Eficiencia la Ciudad ocupó lugar 33. Se evaluó qué tan eficiente y controlada es la gestión del agua para la continuidad con el servicio, tanto en la producción como en la distribución a bajos costos y en la preservación del recurso, y la recurrencia de fugas.

En los países desarrollados, gran parte de la infraestructura es utilizada más tiempo de su vida útil, hay fugas en las tuberías y las interrupciones del servicio se deben a la falta de infraestructura.

En cuanto a Calidad, el sitio que ocupó fue el 44, el más bajo de las tres evaluaciones. ¿En qué medida las ciudades del mundo pueden proporcionar un suministro de agua limpia y sana? En este rubro fueron tomados en cuenta los programas de inversión.

De acuerdo con los resultados, los investigadores plantean que una mejor economía puede brindar mayor calidad del agua, y abordar adecuadamente el saneamiento, las hace más competitivas.

Mejorar la calidad del agua puede convertir a las ciudades en centros urbanos sostenibles. El agua no potable y la falta de saneamiento es un importante contribuyente a la enfermedades, además de la desconfianza de las fuentes accesibles de agua potable.

El saneamiento y la baja incidencia de enfermedades relacionadas con el agua, ha abonado en el crecimiento sostenible de las economías y las bajas calificaciones son reflejo de ciudades con bajo desarrollo; son el acceso inadecudado a servicios de saneamiento y el tratamiento de las aguas residuales, los principales problemas para muchas de las ciudades situadas hacia la última de la clasificación de calidad.

Para la región, el estudio señala que la baja posición obedece a un bajo desempeño general en cuanto a la sostenibilidad del agua, además de que la ubicación geográfica vuelve susceptibles a los países de América Latina a las inundaciones y a la sequía, aunado a una falta de inversión en los sistemas de distribución y en la innovación.

El panorama internacional

“Las ciudades, a veces, son unas raras creaciones espontáneas. A menudo son estratégicos asentamientos fundados con base en el acceso al agua y por las conexiones de transporte y comercio. La posición histórica de las ciudades cerca de asentamientos acuíferos frescos y navegables, ayudan a florecer, crecer y prosperar”, dice el documento.

A nivel internacional hay desafíos, como el aumento en la demanda, los acuíferos se agotan y los climas extremos, hay ciudades que pueden estar sobrecargadas de agua y otras sufriendo por la escasez.

Está la demanda de agua potable, el saneamiento y la necesidad de crear fuentes de agua adicionales, mientras que otras sufren de inundaciones. Cada entidad es responsable de la protección de sus habitantes frente a la contaminación y las enfermedades. Muchos luchan y otros son vulnerables.

El objetivo también es mejorar la calidad del agua, reduciendo su contaminación, el reciclaje y la reutilización; proteger y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua, como los humedales, ríos, lagos y acuíferos, “sin ello, un desarrollo socioeconómico sostenible es poco probable que suceda”.

Es un tema estratégico de las naciones. La problemática hoy está en las necesidades de los ciudadanos y la eliminación de aguas residuales, los peligros de tener demasiada a causa de las inundaciones y las condiciones climáticas extremas.

Las ciudades europeas llevan la delantera: Rotterdam, Copenhague y Amsterdam ocupan los primeros lugares. De América, los mejor posicionados son Toronto, Whashington DC y Nueva York, con buen rendimiento general. Los Ángeles ocupa el segundo lugar de eficiencia, seguido de Chicago y Filadelfia.

Pero en general, las ciudades norteamericanas tienen su debilidad en los desastres naturales y en el clima extremo; siete ciudades están por debajo de la línea de resistencia.

Las ciudades de Asia tienen retos en cuanto al tratamiento de aguas residuales, que resulta insuficiente. Ocupan los últimos lugares de resistencia y calidad: Nueva Delhi (50), Bombay (49) y Manila (48). Dubai (32), es la ciudad de Medio Oriente con la calificación más alta. Su reto es la gestión del agua en el clima desértico.

Sidney (8) y Melbourne (11), tienen buena calificación debido a los eficientes sistemas de aguas en los que han invertido. Dichos mecanismos trabajan en la desalinización, lo que da más calidad al agua.

Las ciudades de América Latina están en la mitad inferior del índice. Buenos Aires (33) es el mejor colocado y Río de Janeiro (44) el peor de la región.

Por debajo de Río, están Johannesburgo (45) y Nairobi (46). Aunque tienen una ventaja en cuanto al área geográfica, pero “son frenados por la ineficiencia y la calidad del agua en zonas pobres”.

“La forma en que las ciudades gestionan su agua, refleja su capacidad de atraer y retener negocios, para fomentar el crecimiento económico y para competir en el escenario global. Las principales ciudades ya trabajan en atender el agua de una manera sostenible”, agrega el documento.

El cambio climático y el envejecimiento de la infraestructura para el manejo y la seguridad del agua, son las tareas pendientes y en ese sentido, las ciudades deben identificar prioridades a corto y largo plazo.