Los hábitats que se desarrollan en los manglares de la Reserva de Biosfera de Los Petenes están en riesgo a consecuencia de la contaminación permanente que pesticidas, herbicidas y agroquímicos como el glisofato ocasionan al manto freático, alertó César Romero Herrera, investigador de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), perteneciente a la Semarnat, en esta reserva.

Explicó que el uso permanente de agroquímicos y pesticidas puede afectar de manera significativa la vida vegetal y animal que se reproduce en los manglares, además de un daño severo por ser la región de Calakmul el principal centro de captación de agua de la península de Yucatán.

Detalló que la reserva de la Biósfera de los Petenes está compuesta por 282 mil 897 hectáreas, de las cuales el 60 por ciento son marinas y otras 30 mil son manglares, en los cuales se presentan ciclos reproductivos de muchas especies de animales y plantas.

Sin embargo, consideró que la contaminación que está sufriendo el manto freático es un llamado de alerta para evitar el uso de plaguicidas y químicos como el glifosfato, que se aplican al suelo para hacerlo más fértil y producir más granos, lo que está generando un alto grado de contaminación y puede acabar con la vida de las especies que se desarrollan y reproducen en la zona de los manglares, al mezclarse agua salada con la que fluye del subsuelo.

El investigador indicó que en la región de Los Chenes se presentan los niveles más altos de producción de granos, pero empleando diferentes agroquímicos que finalmente resultan dañinos para la salud de los humanos, al poner en riesgo la calidad del agua que está en el subsuelo. Por ello sugirió el uso de la agricultura orgánica. “La actividad agropecuaria debe de ir de la mano con el cuidado del medio ambiente”, sugirió Romero Herrera 

Observó que Calakmul, como principal depósito de agua de toda la península de Yucatán, distribuye toda esa agua contaminada hasta los mismos cenotes y hacia el mar y los manglares, donde se reproducen muchas especies.

Dejó en claro que los agroquímicos causan graves efectos en la salud de los humanos, a las plantas y organismos vivos. Además el daño ambiental sería importante, pues “en la península se encuentra el almacenamiento más importante de todo México”, aseguró Romero Herrera.

Consideró que cerrar la puerta al cultivo de transgénicos fue un logro ambiental muy importante, que redundará en beneficios económicos para los campesinos mayas de Los Chenes.

En Mérida, el director del Organismo de Cuenca de la península de Yucatán de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Roberto Pinzón Álvarez, declaró que desconoce el estudio realizado por la organización gubernamental Greenpeace, en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sobre la contaminación del manto acuífero de la península de Yucatán con el agroquímico glifosfato.

Al ser cuestionado al respecto, durante la reunión de Protección Civil, el lunes, Pinzón Álvarez manifestó “no conozco ese estudio, sería mentirte, no he oído hablar de él. Si lo conociera podría opinar”.

Pinzón Álvarez participará hoy en la décima asamblea general mundial de la Red de Organismos de Cuenca, que se lleva a cabo en Mérida en el Centro de Convenciones Siglo XXI.

“Pero sí puedo decir que el agua viene de sur a norte, tiende al mar. En el camino arrastra muchas cosas”, añadió el también ex director de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán. 

Manifestó que “la contaminación es relativa, porque el primer manto desde luego tiene contaminación, sobre todo en la ciudad de Mérida, que son ocho metros no utilizados para consumo humano”. Aseveró que “los siguientes mantos son muy cuidados” y están protegidos por la Secretaría de Salud y la Junta de Agua, porque del subsuelo proviene el agua que usamos. 

Afirmó que “el terreno es accesible para filtrar el agua, pero también para contaminantes. Tenemos que generar una mayor cultura en el cuidado del subsuelo, evitar los contaminantes y que haya los tratamientos adecuados del agua desechada en industrias, aguas y hoteles. Hay una vigilancia muy estricta y monitoreo constante en todo el estado”.