Un solitario pescador recorre en una embarcación la parte más profunda de la laguna El Llano, un cuerpo de agua que hace unas décadas le dio sustento a casi una centena de pescadores y que hoy luce prácticamente seca.

Con el sol a todo lo que da, Luis Uscanga, “Tarzán” para los amigos, navega con paciencia por las aguas calientes de la laguna que, a las 12 de día alcanza temperaturas tan altas que provoca que los cangrejos queden prácticamente hervidos y salgan a la orilla a morir. Tras un par de horas, “Tarzán” regresa a tierra firme con apenas cuatro pescados escuálidos y se dispone a aliñarlos a fin de poder completar un kilo de los dos que pesca al día, en una jornada de 12 horas desde que amanece hasta que el sol se pone.

Con una extensión original de 226 hectáreas, la laguna El Llano se localiza en la congregación de Villa Rica, perteneciente al municipio de Actopan, tan solo la vía federal Nautla-Veracruz la separa de la zona arqueológica de Quiahuixtlán. Aunque este cuerpo de agua tiene la característica de permanecer seca en los meses más calurosos del año, la preocupación de los habitantes de la zona es que de unos años a la fecha ha perdido productividad y que cada vez el nivel que alcanza en tiempos de lluvia va disminuyendo. “El año pasado al menos no se secó pero este año si, lo peor es que cada vez se llena menos y no alcanza ya ni la zona de manglar. Se ha ido consumiendo y no hay lluvias que la llenen”, señaló el pescado.

En sus momentos mejores momento, esta laguna formó parte del corredor clave de aves migratorias en su recorrido hacia Centro y Sudamérica, formando parte del sistema de humedales de la zona central del Golfo de México además de que fue hogar de ostión, almeja, camarón y algunos peces sin embargo, esta productividad quedó en los recuerdos. “Se murió el ostión, el pescado no se muere porque se va pero la jaibita se está muriendo toda por el agua caliente y no hay flujo de agua de ninguna parte”, lamenta Uscanga.

Pero no solo se ha quedado sin especies El Llano, también los pescadores han abandonado este cuerpo de agua al no ser ya redituable para ellos. Y es que, de los casi 70 pescadores que se contabilizaban hace unos años, actualmente menos de una decena acude con cierta regularidad y apenas dos o tres lo hacen a diario ya que los peces no dan para todos. “Estuvieron viniendo el mes pasado pero como de plano no encontraron nada se fueron a la laguna El Farallón que es de agua dulce y otros mejor se van al mar. Ya solo uno que otro viene y ni para comer sacan porque ya no hay”.

Mientras descansa un poco y se refresca antes de volver a embarcarse bajo el intenso sol, don Luis Uscanga asegura que las autoridades del municipio de Actopan así como las dependencias tanto federales como estatales encargadas del medio ambiente han sido omisas con el problema que enfrenta la laguna ya que no se han realizado los trabajos necesarios para salvarla. Apuntó que aunque se ha realizado el dragado de la misma, el proceso en todas las ocasiones ha sido incorrecto provocando incluso mayores problemas que soluciones. “Hay un caño que se dragó hace como dos años y ya se ensolvó todo, eso ya no sirve”.

Insiste en que los pescadores han solicitado la construcción de escolleras en los límites de la laguna a fin de que la marea de la playa Villa Rica no entre de golpe y se llene de arena la laguna, situación que se agrava en épocas de huracanes. “Con las escolleras ya no se ensolvaría mucho”.

Sin embargo, esos planes están solo en sus pensamientos ya que durante años no se ha hecho la inversión que El Llano necesita “y no será ahora cuando la hagan” lamenta “Tarzán” mientras enjuaga sus manos tostadas en el agua caliente de la laguna, laguna que minutos después ya está recorriendo nuevamente.