El abasto continuo y permanente de agua en las ciudades es una obligación y responsabilidad de los sistemas municipales, sin embargo, por falta de visión o de recursos económicos, con el tiempo los organismos operadores fueron difiriendo la construcción y operación de la infraestructura hidráulica necesaria para asegurar el suministro de agua suficiente con presiones adecuadas.

Las ciudades del valle de la Comarca Lagunera fueron creciendo y a las redes existentes se les fueron anexando nuevo circuitos, ampliando la cobertura del servicio, pero sin incrementar la capacidad hidráulica en los pozos, tanques y circuitos. Estas deficiencias se fueron agravando hasta provocar severas restricciones en el suministro de agua en las casas.

A partir de 1990 se hizo más común en la Comarca Lagunera la instalación de tanques o tinacos de almacenamiento de agua conectados a equipos hidroneumáticos para mejorar el suministro en el interior de los domicilios, debido a la baja presión en las redes de distribución de los sistemas de abastecimiento, sobre todo durante las épocas de calor.

Esta situación ha motivado a que los propios usuarios tengan que invertir en la colocación de cisternas o tinacos con hidroneumáticos. Después de 25 años es fecha que se continúa haciendo uso de este tipo de instalaciones para amortiguar las deficiencias de los sistemas. Esta no es la mejor solución porque se trasladan a los usuarios los costos de almacenamiento y de consumo de energía eléctrica por el bombeo del agua.

Es importante mencionar que aunado a la falta de presión en las redes municipales, en algunas tomas domiciliarias se reduce la presión y por lo tanto el flujo, debido a que con el tiempo se producen incrustaciones y taponamientos en los cuadros de medición, sobre todo si las tuberías son de fierro galvanizado o no se limpian los cedazos que llevan los medidores en su interior. Por lo tanto, conviene revisar y limpiar dichas instalaciones al menos cada tres años.

Otro aspecto, que es necesario citar, es el que no se debe permitir que se instalen equipos de bombeo directamente en las conexiones de las tomas a las redes municipales, porque afectan el abasto de agua en los domicilios vecinos. Estas tomas clandestinas existen, aunque no son muy comunes.

En Torreón y en Gómez Palacio se han perforado más pozos y construido grandes tanques de almacenamiento y regulación, con lo cual se ha mejorado significativamente el suministro de agua. Sin embargo, falta sectorizar los circuitos en las redes de distribución y reducir las pérdidas por fugas para controlar las presiones.

Es importante destacar que existen colonias y fraccionamientos en el área metropolitana y en otras ciudades donde no se requieren cisternas o tinacos con hidroneumáticos porque las redes de distribución operan con presiones adecuadas. Son casos de éxito que los organismos operadores de los sistemas municipales deben tomar en cuenta y aprovechar esas valiosas experiencias.