Asentándose en el suelo, rocas, cortezas de árboles, hojas y una infinidad de sustratos antropogénicos, los líquenes son un grupo de hongos que establece una simbiosis mutualista con organismos fotosintéticos que pueden ser algas o cianobacterias, en donde ambos reciben beneficio uno del otro.

Esta asociación hace que estos organismos sean especiales, pues permite que los líquenes puedan colonizar ambientes extremos que otros seres vivos no logran, como desiertos helados en los polos geográficos, desiertos calientes en las zonas intertropicales, zonas costeras y las altas montañas.

La importancia ambiental de los líquenes radica en diversos factores, ya que son captadores de agua y reservorios de la misma, contribuyen a los ciclos biogeoquímicos de los ecosistemas que habitan, particularmente aquellos en los que participan cianobacterias, ya que fijan nitrógeno atmosférico y lo aportan a la biósfera, además proporcionan refugio y alimento a diferentes organismos, menciona María de los Ángeles Herrera Campos, investigadora y titular del Laboratorio de Líquenes del Departamento de Botánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Detalla que al descomponerse liberan minerales que son útiles para el crecimiento de las plantas, intemperizan las rocas favoreciendo la formación de suelo y una vez formado este, condicionan la superficie en términos de humedad, temperatura y aglutinamiento para la germinación de semillas y establecimiento de comunidades vegetales.

"Al nutrirse de la atmósfera, los líquenes permiten monitorear los contaminantes presentes y saber el tipo de gases tóxicos o metales pesados que están en el aire e incluso saber la procedencia de los mismos. Esta cualidad los hace excelentes biomonitores en general, no solo de contaminación atmosférica sino de la salud de los bosques, ya que al ser organismos más sensibles a cambios pequeños manifiestan cambios negativos que pueden estar sucediendo antes de que se vean reflejados en el arbolado, animales y humanos", explica la especialista. 

Metabolitos secundarios

Para Herrera Campos, quien también es curadora de la Colección de Líquenes del Herbario Nacional de la UNAM, los líquenes tienen una peculiaridad con respecto al resto de los hongos que es la producción de metabolitos secundarios, sustancias orgánicas de índole fenólica con forma de cristales que se depositan en las paredes celulares del hongo y el fotobionte, sirviéndole al liquen para su protección.

De acuerdo con la investigadora, el estudio de metabolitos secundarios en los líquenes ha arrojado casi mil compuestos químicos sintetizados por estos organismos, la gran mayoría exclusiva de los líquenes, teniendo potencial para diversas aplicaciones para el uso humano como la producción de colorantes de ropa, ungüentos, medicamentos y fijadores de perfumes.

"Dentro de esa gama de sustancias que pueden albergar los líquenes, el más conocido es el ácido úsnico, compuesto que se ha estudiado y ha reflejado tener propiedades antibacterianas, antitumorales e inclusive anti-VIH. Para utilizar las sustancias de estos organismos los investigadores tienen que resintetizar el compuesto químico, porque de otra manera no dan para una producción industrial y acabarían con estos seres vivos", afirma.

Como colorante y alimento

Los líquenes han sido utilizados a lo largo de la historia como colorante para teñir diversas prendas textiles, en periodos tardíos de la Edad Media fueron usados para entintar vestimentas eclesiásticas de un color rojo púrpura obtenido de diversas especies del género Roccella, los cuales crecen en climas mediterráneos y  su explotación los  llevó casi a su extinción.

También se sabe que en ciertas partes de México, como la Sierra de Zongolica, Veracruz, este recurso natural es usado con el mismo fin de teñir fibras textiles, aunque todavía no se tiene bien documentado con qué especies de líquenes se realiza este proceso.

Otro uso del que se sabe poco pero se tiene conocimiento, dice la investigadora, es del uso de líquenes como alimento. En Japón es utilizado un liquen del género Umbilicaria, comúnmente conocido como "tripas de roca", el cual es preparado frito o en ensaladas, en la India, Parmotrema perlatum, conocido como "kalpasi", forma parte de las diversas especies de su cocina tradicional; y en Rusia los han usado para realizar bebidas fermentadas o adicionar el vodka.

Investigación con líquenes en México

Depósito y efectos de contaminantes atmosféricos bioacumulables en bosques de la Cuenca de México: evaluación liquenológica es el nombre del proyecto financiado por la UNAM a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), el cual lidera la doctora María de los Ángeles Herrera Campos, que consiste en el monitoreo de bosques de oyameles y encinos de la Cuenca de México, con el propósito de saber cuáles son los contaminantes provenientes de la ciudad que están afectando y alterando las comunidades liquénicas y, por ende, los bosques que habitan.

Avances de la investigación realizada muestran que existen partes donde los líquenes están muriendo, es por esta razón que se encuentra haciendo pruebas para determinar a qué contaminantes atmosféricos están expuestos.

Este proyecto, dice la curadora, también tiene la finalidad de determinar qué especies de líquenes sirven para biomonitorear la Ciudad de México y la salud de los bosques aledaños, a través de la creación de una red de biomonitoreo que será de utilidad para reevaluar los cambios periódicamente.

Para la doctora Herrera Campos, realizar el monitoreo con líquenes tiene varias ventajas al monitoreo con equipo instrumental, ya que los estudios son más económicos, se trabaja con organismos vivos que pueden ser analizados en el laboratorio, por ejemplo, se estudian los patrones fisiológicos de los líquenes procedentes de diferentes sitios y de esa forma se puede determinar la fuente que está causando daño a nivel metabólico del organismo.

Colección de Líquenes

La Colección de Líquenes del Herbario Nacional de la UNAM es la más importante en su tipo a nivel nacional, cuenta con alrededor de 20 mil ejemplares, principalmente nacionales y algunos provenientes de otros países.

Para la titular de esta colección contar con este tipo de acervos es de suma importancia debido a que son los repositorios biológicos de un país. “No es una colección de objetos inertes, ya que te pueden contar una historia de la biodiversidad de cada uno de esos grupos, no solamente sirven para realizar estudios taxonómicos que son sumamente importantes, pues también son útiles para conocer lo que hubo, lo que hay y lo que está en peligro de desaparecer, siendo importantes soportes en la investigación de distintas índoles como en la ecología, estudios moleculares, farmacológicos, etcétera”, finaliza María de los Ángeles Herrera Campos.

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