Entre México y Estados Unidos existen más acuíferos transfronterizos de los que ambos Países han registrado. El descubrimiento de cinco cuencas adicionales se dio gracias al estudio que realizó Rosario Sánchez, investigadora de la Universidad de Texas A&M.

Sánchez explicó a VANGUARDIA que obtuvo suficiente información para determinar que la cuenca Allende-Piedras Negras cruza las fronteras de ambas Naciones, un acuífero transfronterizo que no estaba considerado como tal. 

En agosto de 2014, la especialista en el tema del agua calculó que al acuífero Allende-Piedras Negras le quedan 20 años de vida antes de que entre en crisis de desabasto, mismo que se podrían reducir a 10 con la explotación del Gas Shale en la zona. En ese entonces, sin tomar en cuenta que el agua cruza los dos Países. 

En México existe un fuerte déficit en los estudios sobre el agua subterránea que cruza fronteras, y una ausencia preocupante de conocimiento sobre el agua que corre por esas cuencas, pese a que algunas de las ciudades más importantes en la frontera comparten sistemas de flujo de agua con Estados Unidos, y ni siquiera la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA) tiene autoridad para abordar formalmente el tema. 

A nivel mundial, la Agencia Internacional de Gestión de Recursos Acuíferos Compartidos (ISARM) reconoce 11 sistemas acuíferos transfronterizos; en México, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informa de 36 acuíferos que bordean  Estados Unidos, pero oficialmente solo identifica lo mismo que ISARM. 

En contraste, varias investigaciones del País vecino sugieren que puede haber hasta 38 (12 en la frontera de México con California, ocho con Arizona, ocho con Nuevo México y nueve con Texas).

En ese sentido, mencionó Sánchez, “existe un vacío conceptual e institucional con respecto a los recursos de aguas subterráneas transfronterizas entre México y Estados Unidos. Su estudio busca subsanar ese hueco, mejorar la gestión del agua subterránea y la toma de decisiones para administrar el recurso.

Comienzan a estudiar los mantos acuíferos

La investigación que Rosario trabajó en conjunto con los especialistas Victoria López y Gabriel Eckstein, tiene sus orígenes en el acuerdo que hizo el Gobierno de Coahuila con la Universidad de Texas A&M en 2008. En ella dieron a conocer el impacto del cambio climático en el agua superficial del Río Bravo. 
Fue en 2010, cuando la investigadora reveló los resultados: la temperatura aumentará entre tres y cuatro grados en los siguientes 100 años. 

Las consecuencias serán preocupantes: el desmedido deshielo de las montañas de Colorado, que surten la cuenca del Río Bravo, ocasionará a largo plazo que el cauce disminuya considerablemente provocando desabasto y sobreexplotación de los acuíferos.

Lo anterior traería como consecuencia que el precio del agua se eleve al tener que extraer el líquido de pozos más profundos o incluso traer el agua de lugares más lejanos. Con ello, también se elevarán los costos de los productos agrícolas e industriales y, por consiguiente, se encarecerían los alimentos, según documentó VANGUARDIA en julio de 2010.

“A partir de eso continuamos expandiendo la investigación. Por primera vez tenemos una idea más clara de la cantidad de acuíferos y cuántos de ellos son potencialmente transfronterizos. Pero también vienen todos los acuíferos de la región”, indicó Sánchez. 

Aunque la idea original era evaluar sistemas de gobernanza y administración de agua subterránea en la frontera, tuvo que “dar un paso hacia atrás” para crear un mapa geológico ante la falta de conocimiento sobre este tipo de acuíferos.

Los resultados

Los datos arrojaron la presencia de hasta 36 acuíferos transfronterizos a lo largo de la frontera México-EU, aunque con diferentes niveles de confianza de su naturaleza transfronteriza. De los 36 identificados, dieciséis se clasificaron como transfronterizos con un nivel de confianza “razonable”, mientras que ocho se clasificaron como transfronterizos con “algún” nivel de confianza. Aunque para los 12 restantes se encontró algo de información, fue muy limitada para catalogarlos como transfronterizos.

La investigadora saltillense detalló que los cinco nuevos acuíferos de los que tienen suficiente información para catalogarlos con ese nombre y que no estaban contemplados son “El Mimbres”, que recorre los Estados de Chihuahua y Nuevo México; el Allende-Piedras Negras, que pasa por Coahuila y Texas; “El Nogal”, en la parte de Sonora y Arizona, que es parte del Santa Cruz, por lo tanto es de la misma cuenca, sin embargo México los separa; el del Río Agua Prieta-Douglas, en los estados de Sonora y Arizona, así como el que se ubica en la parte de Tamaulipas-Texas, al norte del Río Grande. 

El único acuífero que ha sido estudiado por México y EEUU

El especialista Zhuping Sheng, también investigador de la Universidad de Texas A&M, ha sido uno de los que ha trabajado en el acuífero Hueco Bolsón-Valle de Juárez (Chihuahua-Texas), quien explicó que ambas ciudades -El Paso y Ciudad Juárez- se han dado cuenta que sin cooperación difícilmente superarán los retos del nivel de agua baja, mientras la población crece y la calidad del agua se deteriora en los últimos años, por lo que han tenido que colaborar. 

“Han sido colaboraciones exitosos. Ya se está pensando en algo más holístico desde el punto de vista de integración, de administración de agua, no solamente el acuífero, sino también el Río Bravo. No solamente se están fijando en un sistema, sino en la integración de una cuenca”, explicó. 

El primer intento por regular los flujos de aguas subterráneas transfronterizas entre México y Estados Unidos surgió con el Acta 242, emitida el 30 de agosto de 1973 por la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA) transfronterizos. 

“El acta es explícita al decir que en lo que México y EU logran alcanzar un convenio general sobre aguas subterráneas fronterizas, cada País limitará el bombeo dentro de los ocho kilómetros (cinco millas) de la línea divisoria y que, a fin de evitar problemas futuros, México y USA se consultarán recíprocamente antes de emprender obras de infraestructura”, según puntualiza el investigador Rubén Chávez Guillén en su trabajo “Acuíferos transfronterizos USA-MX”, publicada en 2007.

Investigarán sistemas de gobernanza del agua

La investigadora del Instituto de Investigaciones del Agua en Texas, en conjunto con los especialistas Zhuping Sheng, Ronald Kaiser, John Tracy y Peter Knappett, continuará la investigación para ubicar las zonas de vulnerabilidad social y de sensibilidad física de los sistemas del agua.

Aunque primero trabajan en encontrarlos y delimitarlos, para posteriormente conocer quién los usa, para qué se usan, cuánto se están explotando, las condiciones de administración para el futuro y los niveles de contaminación.

“Hay muy pocos estudios y muy pocas representaciones de un continuo geológico, estamos trabajando en eso. Después viene la parte hidrológica y después de la parte efectiva del acuífero, pero son diferentes etapas. Todo eso requiere de investigación de campo, acercamiento con los usuarios, porque mucha de esa información no está registrada por las autoridades encargadas en el tema porque son área de comunidades muy pequeñas, pero no por eso el recurso deja de ser menos importante”, consideró.

Coahuila, la primera entidad donde trabajarán expertos

Será Coahuila el primer Estado en el que los expertos continúen con su investigación. A partir del estudio se enfocarán a detalle en los acuíferos que cruzan la Entidad con Texas, para conocer más información de otros acuíferos existentes.

Comenzarán en la parte Oeste del Estado, desde la Serranía del Burro (el acuífero Edwards en Texas), Cerro La Partida y Santa Fe del Pino, donde hay muy poca información. Tratarán de conocer hasta dónde se extiende en Coahuila el acuífero Edwards.

“Al parecer, lo que hemos encontrado es que el Edwards se extiende geológicamente por debajo del acuífero Serranía del Burro, que al parecer no está conectado directamente, pero el Edwards sí se extiende hasta abajo. Nos falta información geológica y litológica para confirmar que es un acuífero suficientemente fracturado que puede ser transfronterizo incluso hasta el centro de Coahuila”, especificó Sánchez.

Para lograr el objetivo, dijo Sánchez, es necesaria la colaboración de los especialistas locales. 
“Además de la integración de los actores que forman parte del programa. La ciencia es un acto de convivencia y es social. Con los expertos de la zona, al trabajar en equipo, los resultados siempre son mejores. Por eso estamos buscando especialistas locales, de las universidades que nos apoyen con esta investigación”, concluye.

Reporte

Los 5 nuevos acuíferos de los que tienen suficiente información para catalogarlos con ese nombre y que no estaban contemplados son:
> El Mimbres.- Recorre los Estados de Chihuahua y Nuevo México.
> El Allende-Piedras Negras.- Pasa por Coahuila y Texas.
> El Nogal’.- Recorre parte de Sonora y Arizona, que es parte del Santa Cruz, por lo tanto es de la misma cuenca, sin embargo México los separa.
> El Río Agua Prieta-Douglas.- Pasa por los Estados de Sonora y Arizona, así como el que se ubica en la parte de Tamaulipas-Texas, al norte del Río Grande.