Las aguas de lastre son empleadas en la industria marítima para dar estabilidad, seguridad y transportación eficaz a los buques. Lamentablemente también son el principal vector de propagación de virus, bacterias y hongos, ese tipo de organismos invasores amenaza la vida de especies nativas y a la salud humana.
La Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) define a las aguas de lastre como un problema ecológico mundial, ya que también arrastran pequeños invertebrados, algas, huevos, quistes y larvas de varias especies.
La recomendación internacional es que los tripulantes deben actuar de forma responsable para darles tratamiento antes de desfogarlas en aguas marinas lejanas a las de origen. Deben ser tratadas previamente usando tecnologías como filtración y separación, esterilización por ozono, luz ultravioleta, corrientes eléctricas o térmicas, uso de biocidas o germicidas, técnicas de diálisis, ósmosis y ósmosis inversa.
Se especula que se vacían más de 100 mil toneladas de agua de lastre anualmente. Lo que que propicia la introducción de especies invasoras como el pez gobio redondo, procedente de los mares Caspio y Negro
Además de las mareas rojas compuestas por algas como el sargazo, las cuales desequilibran los ecosistemas y propician pérdidas de biodiversidad cercanas al 40 por ciento.
Aunque se cuenta con regulaciones internacionales para el agua de lastre, aún falta mucho para la protección de los ecosistemas marinos de México.